El estrés académico se ha convertido en una de las principales preocupaciones dentro del ámbito educativo, afectando el rendimiento y bienestar de los estudiantes de nivel superior.
En el Istmo de Tehuantepec, esta problemática ha sido objeto de estudio, principalmente en el Instituto Tecnológico de Comitancillo, revelando cifras alarmantes sobre su impacto en la salud mental y el desempeño académico.
Diversos estudios han identificado que el estrés en estudiantes universitarios surge por múltiples factores, entre ellos la carga excesiva de tareas, la presión por obtener buenas calificaciones y la incertidumbre sobre el futuro profesional. La ansiedad previa a los exámenes es una de las manifestaciones más comunes, afectando hasta el 56% de los estudiantes de nivel superior.
Además, la falta de estrategias adecuadas para manejar el estrés contribuye a que los alumnos experimenten síntomas como fatiga, insomnio, irritabilidad y dificultades de concentración. En algunos casos, el estrés prolongado puede derivar en problemas más graves, como depresión o abandono escolar.
El estrés no solo afecta la salud mental de los estudiantes, sino que también influye directamente en su rendimiento académico. Investigaciones han demostrado que los niveles elevados de ansiedad pueden reducir la capacidad de retención de información y afectar la toma de decisiones durante exámenes y presentaciones.
En el Istmo de Tehuantepec, los estudiantes de educación superior han reportado dificultades para gestionar la presión académica, lo que ha llevado a una disminución en su desempeño y motivación para continuar sus estudios.
Ante esta problemática, expertos en educación y psicología han propuesto diversas estrategias para reducir el impacto del estrés en los estudiantes. Entre las recomendaciones más efectivas se encuentran:
Técnicas de relajación: La meditación y la respiración profunda han demostrado ser herramientas eficaces para reducir la ansiedad antes de exámenes y presentaciones.
Organización del tiempo: La planificación adecuada de tareas y actividades académicas ayuda a disminuir la sensación de sobrecarga y mejora la productividad.
Apoyo psicológico: Contar con programas de orientación y asesoramiento dentro de las universidades permite que los estudiantes reciban ayuda profesional para manejar el estrés.
Promoción de hábitos saludables: Mantener una alimentación equilibrada, realizar actividad física y dormir lo suficiente son factores clave para mejorar la resistencia al estrés.
El estrés académico es un problema que requiere atención urgente dentro del sistema educativo. La implementación de estrategias efectivas para su manejo no solo beneficiará el bienestar de los estudiantes, sino que también contribuirá a mejorar su rendimiento y motivación.
En el Istmo de Tehuantepec, los estudios han evidenciado la necesidad de fortalecer los programas de apoyo psicológico y promover hábitos saludables entre los alumnos. La educación superior debe evolucionar hacia un modelo que no solo exija resultados, sino que también garantice el bienestar emocional de quienes forman parte de ella.