Los manglares de Oaxaca representan un ecosistema vital para la conservación de la biodiversidad y la protección costera.
Con una extensión de 19,673 hectáreas registradas en 2020, estos bosques de mangle han sido objeto de monitoreo constante para evaluar su evolución y los desafíos que enfrentan ante el cambio climático y la actividad humana.
Ubicados principalmente en la región del Pacífico Sur, los manglares oaxaqueños desempeñan un papel crucial en la regulación del clima, la protección contra tormentas y la conservación de especies endémicas. Su presencia en la costa permite la formación de hábitats para peces, crustáceos y aves migratorias, convirtiéndolos en un refugio natural de gran valor ecológico.
Desde 1979, la superficie de manglar en Oaxaca ha experimentado variaciones significativas. En 2005, se registraron 18,522 hectáreas, cifra que se mantuvo relativamente estable en las siguientes evaluaciones, con 18,611 hectáreas en 2010 y 18,690 hectáreas en 2015. Sin embargo, el aumento registrado en 2020 refleja un esfuerzo por la conservación y recuperación de estos ecosistemas.
El Sistema de Monitoreo de Manglares de México (SMMM) ha sido fundamental para la recopilación de datos sobre la extensión y distribución de los manglares en Oaxaca. A través de imágenes satelitales de alta resolución y visitas de campo, se ha logrado una cartografía precisa que permite identificar áreas de riesgo y establecer estrategias de conservación.
Uno de los avances más importantes ha sido la reclasificación de 83,791 hectáreas que anteriormente estaban catalogadas como «Otros Humedales», pero que, tras estudios detallados, fueron reconocidas como manglares. Este ajuste en la cartografía ha permitido una mejor planificación de acciones para la protección de estos ecosistemas.
A pesar de los esfuerzos de conservación, los manglares en Oaxaca enfrentan diversas amenazas, entre ellas:
- Cambio climático: El aumento del nivel del mar y las variaciones en la temperatura afectan la estabilidad de los manglares.
- Expansión urbana y turística: La construcción de infraestructura en zonas costeras ha reducido la superficie de manglar en algunas áreas.
- Contaminación: La acumulación de residuos y la alteración de los cuerpos de agua han impactado la calidad del ecosistema.
Para contrarrestar estos efectos, se han implementado programas de restauración y protección, promoviendo la reforestación y el uso sostenible de los recursos naturales.
Los manglares de Oaxaca no solo son un símbolo de riqueza natural, sino también un elemento clave en la lucha contra el cambio climático y la conservación de especies. La información obtenida a través del monitoreo y la cartografía ha permitido tomar decisiones estratégicas para su protección, asegurando que estos ecosistemas continúen desempeñando su papel fundamental en el equilibrio ambiental.
El reto ahora es fortalecer las políticas de conservación y concientizar a la población sobre la importancia de los manglares, garantizando su preservación para las futuras generaciones. Oaxaca, con su vasta extensión de manglares, sigue siendo un referente en la protección de estos ecosistemas esenciales para la vida.