Oaxaca se ha convertido en un escenario clave para entender las dinámicas migratorias de México en 2024.
De acuerdo con el Boletín Mensual de Estadísticas Migratorias de la Unidad de Política Migratoria, el flujo migratorio hacia y desde Oaxaca refleja tanto los retos estructurales como las oportunidades que enfrenta esta región en un contexto de movilidad creciente.
En 2024, Oaxaca registró 166,550 eventos de entrada de migrantes extranjeros, distribuidos principalmente entre los puntos de internación de Bahías de Huatulco, el Aeropuerto Internacional de Oaxaca, y Salina Cruz.
Bahías de Huatulco destacó con un flujo considerable de visitantes marítimos, mientras que el Aeropuerto Internacional de Oaxaca se consolidó como un nodo importante de recepción, acumulando más de 86,000 entradas en el año.
El turismo y las visitas familiares siguen siendo las principales razones de entrada, aunque el fenómeno migratorio no se limita a estos propósitos.
La llegada de migrantes centroamericanos, así como el tránsito de población extranjera hacia otros destinos, evidencia la complejidad de las dinámicas migratorias en el estado.
Oaxaca no solo recibe visitantes y migrantes, sino que también es testigo de las dificultades enfrentadas por quienes transitan por el estado.
En 2024, se documentaron casos de personas en situación migratoria irregular en varios municipios. Estos eventos subrayan las necesidades urgentes de fortalecer la protección y los servicios para migrantes en tránsito, especialmente en comunidades vulnerables al sur del estado.
Además, el reporte indicó que un número significativo de menores no acompañados atravesó el estado, reflejando una problemática que requiere atención inmediata desde las perspectivas de derechos humanos y políticas públicas.
Otro aspecto relevante es el retorno de migrantes oaxaqueños repatriados desde Estados Unidos. Oaxaca ocupa un lugar destacado entre los estados receptores de población migrante devuelta, especialmente adultos jóvenes y menores de edad.
Este flujo implica retos para la reintegración económica y social de estas personas, quienes a menudo regresan a sus comunidades con recursos limitados y expectativas truncadas.
El fenómeno migratorio en Oaxaca exige una respuesta coordinada que abarque desde la mejora de la infraestructura en puntos de internación hasta la implementación de programas de inclusión para migrantes. Iniciativas como la capacitación de personal en derechos humanos y el fortalecimiento de la infraestructura de apoyo en comunidades receptoras pueden ser clave para manejar de manera más efectiva estos flujos.
La migración en Oaxaca, lejos de ser un desafío aislado, es un reflejo de las profundas desigualdades económicas y sociales que afectan a la región. Sin embargo, también ofrece una oportunidad para construir políticas más humanas e inclusivas que reconozcan la movilidad como un motor de desarrollo y no solo como un problema por resolver.
En 2024, Oaxaca se posiciona como un microcosmos de los retos y esperanzas del fenómeno migratorio en México, un recordatorio de que la movilidad es tan diversa como las historias de quienes la protagonizan.