Misael Sánchez
Santiago Juxtlahuaca, Oaxaca, enero 25 de 2025.- Esta comunidad, enclavada en la entrañable región Mixteca de Oaxaca, vivió el fin de semana una jornada histórica.
Y es que, la primera presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, pisó esta tierra marginada, pero rica en identidad, con la promesa de reescribir su futuro.
Lo hizo acompañada por funcionarios federales y el respaldo del gobernador del estado, Salomón Jara Cruz, quien destacó el carácter resiliente y solidario de los pueblos mixtecos.
Desde las primeras horas, los caminos sinuosos de la región se convirtieron en un mosaico de rostros expectantes, que aguardaban no solo la llegada de la presidenta, sino también las respuestas a décadas de olvido.
Las voces de las comunidades se unieron en un grito de esperanza, simbolizado en los programas sociales y las obras de infraestructura que se prometieron durante el evento.
El gobernador Salomón Jara Cruz dio la bienvenida a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, destacando la importancia de su visita a una zona históricamente marginada.
Tras agradecer el compromiso de su administración con los pueblos originarios y afromexicanos, subrayó la riqueza y diversidad étnica, cultural y lingüística de la Mixteca, y reafirmó el compromiso de su gobierno con la reducción de la desigualdad y la promoción de la paz con justicia y dignidad.
Durante el recorrido por la región, Sheinbaum y Jara Cruz discutieron la necesidad de mejorar la infraestructura vial, mencionando caminos clave que conectan comunidades aisladas.
El gobernador también resaltó la importancia de la migración en la Mixteca, con muchos habitantes viviendo en Estados Unidos y regresando a sus comunidades para mantener sus raíces culturales.
El discurso de Sheinbaum arrancó con un reconocimiento conmovedor al pueblo de Juxtlahuaca y a los migrantes que, desde el otro lado de la frontera, siguen siendo el motor económico de sus comunidades de origen.
Con voz firme, declaró: “El pueblo de México es extraordinario, solidario y generoso. Defenderemos a nuestras hermanas y hermanos migrantes donde quiera que estén”.
Esa conexión entre el México profundo y los hijos que emigraron para buscar mejores oportunidades fue uno de los momentos más emotivos del día.
Al preguntar cuántos presentes tenían familiares en Estados Unidos, las manos alzadas llenaron el horizonte, recordando que, aunque la distancia divide, la raíz cultural y el corazón siguen unidos.
Sheinbaum, fiel al lema “por el bien de todos, primero los pobres”, anunció una serie de medidas que buscan dar un giro radical a la vida en la Mixteca.
Entre ellas, destacó la creación de la «Comisión General Lázaro Cárdenas del Río», encargada de rehabilitar caminos, fortalecer el acceso al agua potable, y promover cooperativas de mujeres que rescaten las tradiciones y artesanías locales.
«Vamos a arreglar todos los caminos», prometió, y detalló las rutas prioritarias que conectarán comunidades históricamente aisladas, como Tecomaxtlahuaca, Coicoyán de las Flores y San Martín Peras.
Pero no se trataba solo de infraestructura; el programa «Salud Casa por Casa» y la universalización de becas para estudiantes de secundaria reforzaron su mensaje de inclusión y bienestar.
El anuncio de la pensión “Mujeres Bienestar”, dirigida a aquellas entre 60 y 64 años, contó con el respaldo de las mujeres presentes.
Sheinbaum subrayó la importancia de visibilizar el trabajo no remunerado de las mujeres, quienes, como dijo, “cuidan de los hijos, los nietos y hasta de los maridos”.
Con un tono que oscilaba entre la cercanía y la reivindicación histórica, agregó: «Este apoyo es un reconocimiento a todo lo que las mujeres han dado a México».
El auditorio aplaudió, no solo por la pensión, sino por el mensaje de dignidad que esta implicaba. Para las mujeres mixtecas, que durante generaciones han sido el pilar de sus familias, esta medida es mucho más que un ingreso; es un gesto de justicia social.
En un guiño a la historia, Sheinbaum recuperó el espíritu del General Lázaro Cárdenas del Río, quien en su tiempo dedicó atención especial a la Mixteca.
La nueva comisión, liderada por su nieto Lázaro Cárdenas Batel, es un eco de aquella visión, ahora adaptada a las necesidades del siglo XXI. Desde cooperativas hasta proyectos educativos y de salud, la iniciativa busca revitalizar la región con un enfoque integral.
“Volveré”, aseguró Sheinbaum al cierre de su discurso. Prometió regresar cada cuatro meses para supervisar el avance de los proyectos y, con un tono de complicidad, advirtió que sus visitas serían sorpresivas.
Esta declaración arrancó sonrisas y aplausos, pero también dejó una clara advertencia: esta transformación no se quedará en palabras.
Juxtlahuaca despidió a la presidenta con el himno nacional y un aire de renovación. Por primera vez en mucho tiempo, la Mixteca no solo se sintió escuchada, sino también parte activa de un cambio que promete devolverle su dignidad y protagonismo. En sus senderos de tierra y montañas, la esperanza volvió a florecer.