Antonio A. Morales Sánchez
Miembro del Seminario de Cultura Mexicana
INTRODUCCIÓN
Hablar de mi pueblo, me honra, por sus costumbres y tradiciones que se han conservado hasta nuestros días y mi inquietud siempre ha sido profundizar en esta herencia cultural de la que soy partícipe, legado de nuestros antepasados, conocer mi civilización indígena que esta presente todavía ante nosotros a pesar de la influencia occidental.
Civilización zapoteca que tenemos a las puertas de nuestra ciudad capital que ignoramos y no conocemos aún siendo parte de nuestras raíces que debemos conservar y que sin querer estamos haciendo caer en el olvido.
Desde tiempo atrás me atrajeron las antiguas ruinas de sus templos zapotecas que de niño conocí recorriendo sus veredas y terrenos de sembradío que me conducían a ellas, muchas veces extraviándome, otras con buenos amigos que me acompañaron y con quienes viví situaciones especiales por desobediencia a recomendaciones de nuestros padres, pero el lugar era propicio a nuestra alegría infantil a la que daba margen y hoy me recuerda que siempre tuve una esperanza en el mañana.
Didjazaa es el nombre que los zapotecas dieron a este valle, que quiere decir Donde la Palabra Nació y que fue cambiado por los aztecas como Huaxyacac, después por los españoles como Nueva Antequera, hoy le conocemos como Valle de Oaxaca al que apreciamos y específicamente el de Tlacolula como el Valle Chico del mismo nombre. El pasado ha sido constructor de cosas grandiosas, que mira siempre al mañana, andando siempre su propio camino para hacer la realidad de su pueblo.
Didjazaa esta situado al norte del estado, escenario de batallas zapotecas quienes triunfantes en busca de mejores tierras emigraron bajo la dirección del guerrero y sacerdote Petela hasta llegar al valle de Xaquixe, que quiere decir Al Pie del Monte, hoy Teotitlan de Valle, del náhuatl Teotl, Dios y Tlan, lugar, que significa Lugar de Dioses.
Este pueblo fué el primero que fundaron los zapotecas y le llamaban Xaquija que quiere decir “Constelación Celeste”. Manuel Martínez Gracida nos dice que existió una roca cortada perpendicularmente llamada Piedra del Sol sobre la cual estaba el ídolo principal de la raza zapoteca, quienes suponían que dicho Dios había venido del cielo en forma de ave, acompañado de una luminosa constelación, por lo que dieron al templo el nombre de Xaquija y se ubica en las faldas de la Sierra Juárez, en una pequeña planicie.
Se sostiene que los zapotecas son de origen de los hombres del sur que entraron al estado por el istmo de Tehuantepec provenientes de Tabasco entrando por la región del panuco a la nación mexicana, estableciéndose en Tula bajo la dirección de Quetzalcoatl, hombre sabio, a cuyos habitantes instruyeron y transmitieron su civilización. Se creían descendientes de los primeros pobladores de la tierra y que habían venido de Asia.
Quetzalcoatl huye de la capital de los toltecas por que era perseguido por Hueman que se había declarado su enemigo, estableciéndose en Cholula con todos sus seguidores, realizando los zapotecas en el lugar la misma labor civilizadora que llevaron a cabo en Tula.
Mientras reside en esta segunda capital, Quetzalcoatl, destaca un grupo de la raza para lo que ahora es el estado de Oaxaca; probablemente estos fueron los primeros pobladores de Teotitlan del Valle.
Al tener conocimiento que Hueman se aproximaba a Cholula para atacarlo, emigra nuevamente a lo que hoy son los estados de Tabasco, Campeche y Yucatán, seguido de su pueblo siendo posible que los integrantes de la avanzada zapoteca hacia Oaxaca destacados en Cholula, fueran los constructores de Mitla.
A Teotitlan del Valle llegaron los zapotecas conducidos por el guerrero y sacerdote Petela extendiéndose por Etla, Tlacolula, Ixtlan, Macuilxochil, Mitla, Tlacochahuaya y otros lugares.
En 428 sale Mineyadela de Teotitlan de Valle al frente de 15 mil familias que ya no cabían en Etla, Ixtlan y otros lugares, marchando hacia el sur y funda Teitipac, centro religioso muy importante para los zapotecas, después segunda residencia de los patriarcas, así como Chichicapam, La Migaya, y Lubisaa, hoy Ejutla, sigue hacia el sur y se posesiona de tierras de la costa del pacifico, llevando consigo la momia de Petela, funda Guegozoani, Río de los Señores, que después se llamó Coatlan, donde se erige un templo en honor a Petela.
En 435 d.c. es comisionado Cochihuala que quiere decir el que pelea de noche, por el gobernante zapoteca en turno para conquistar tierras del sureste, principalmente de la sierra del tigre marchando a su cometido al frente de 10 mil guerreros, a su paso funda Zoquitlan y Totolapan, logra vencer a los chontales y pone al lugar conquistado por nombre Yacuautila, que significa Tierra de los Combates, a si mismo a la orilla de un río funda otro centro de población, Guiogoguito, Río de las Cañas, hoy Amatlan
Después llama el gobernante zapoteca a Pichina Bedela y le encomienda fundar un pueblo en el valle colorado, poniendo a su disposición 3 mil familias, el designado para esta empresa fue noble de Macuilxochitl, pueblo cercano a Teotitlan del Valle, marchando a su cometido en el año 458, el centro fundado cerca del Río del Sapo se llamó Pelopeniza, junto a los espigados maizales que mas tarde se llamó Miahuatlán.
Las conquistas siguieron, como la de Quiegolani, hoy Yautepec, la de Huatulco, en la jurisdicción de Pochutla y otras más.
Hubo otras guerras de conquista y, por consiguiente, otras fundaciones de pueblos, partiendo casi siempre los conquistadores de Teotitlan del Valle que merece ocupar un
lugar especial en la historia antigua de Oaxaca, de ahí también la importancia que se le concede a Tlacolula, en cuya jurisdicción se ubica, ya que a la decadencia de Monte Alban, la raza zapoteca se estableció en Zaachila que seria mas tarde la capital del reino zapoteca, la tercera, la fundaron a orillas de un hermoso lago que ostentaba un islote llamado Roaló, existen todavía vestigio de dicho lago. Los principales y últimos gobernantes fueron Zaachila III, Cosijoeza, hijo de este y Cosijopi, rey de Tehuantepec cuando llegaron los conquistadores españoles.
Se sabe que cuando llegaron a este valle los primeros zapotecas venidos de Didjazá en el siglo II a.c., la hoy Tlacolula estaba cubierta por las aguas de un lago al que le hicieron un desagüe los naturales a la altura del poblado de San Antonio de la Cal, de lo que existen pruebas geológicas de este aserto.
Tlacolula, ubicada al sur de la ciudad de Oaxaca, en el gran valle, parte integral de los tres que lo conforman, es un pueblo con mucha historia, del que existen preguntas que no se han contestado a pesar del avance de la arqueología, pueblo zapoteco (Gui-y-baa) con nombre Náhuatl (Tlacololli) que evidentemente se remonta a etapas anteriores y cuya etimología es discutible por que ha tenido otras ubicaciones y nombres.
Se dice que siglos antes de cristo ya existía una comunidad ancestral, pero este pueblo es la primera versión de cuatro y se llamó Yehui que desde antes de la fundación de Monte Alban estaba poblado casi en la orilla poniente de la actual población del que solo queda un pequeño cerro con el mismo nombre que en los años cincuenta del sigo XX todavía era el escenario del homenaje a la Diosa Centeolt en la Fiesta del Lunes del Cerro que la población celebraba con respeto y algarabía, después del 500 de nuestra era se expandió al noreste llamándose Lambityeco.
El nombre de Lambityeco es zapoteca, pero no es el mismo que tenia cuando prosperaba como ciudad productora de sal y cerámica antes del 700 d.c., considerando que la partícula Lam se explica por haber existido en ese lugar un alambique y Bityeco se apunta como Mogote o Cerro en Tierra Llana.
Sin embargo, Lambityeco tiene dos posibles orígenes del zapoteco, Yehui que se traduce como Río de Guayabas y de Lambi corrupción zapoteca de la palabra castellana alambique y del zapoteco Pityec que se traduce como montículo,
Llamándose entones Montículo de Alambique de formación tardía de las palabras y que se traduciría como la ciudad de los montículos de alambique, pues con estos utensilios principalmente, los antiguos pobladores obtenían la sal por medio de la evaporación del agua.
Esta ultima interpretación parece ser la mas acertada, teniendo en cuenta que este sitio fue un productor de sal, controlando el comercio durante la época prehispánica cuando este producto iba de los valles centrales al Istmo de Tehuantepec, El Soconusco y Veracruz entre otros lugares mas hasta tiempos relativamente recientes, ya que existen datos que en 1940 todavía se obtenía la sal de esta zona
La todavía desconocida ciudad zapoteca que comenzara su ocupación alrededor de 700 a.c., antes de la fundación de Monte Alban, sin embargo su apogeo tuvo lugar entre 600 y 750 de nuestra era, en una época en que sucedieron cambios significativos en el Valle de Oaxaca, la que brillo tras la decadencia de Monte Alban, controlando el mercado de la sal de tierra o tequesquite en los Valles Centrales de Oaxaca , toda vez que el terreno donde se asento su territorio es propicio para obtener este mineral, el cual aún es producido 1300 años después de su caída. La perla oaxaqueña de la sal como le llaman todavía algunas personas de la zona,
Consecuencia de lo anterior fue el florecimiento de varios centros cívicos ceremoniales, entre ellos el mismo Lambityeco, hoy sitio arqueológico ubicado a 25 kilómetros al sureste de la ciudad de Oaxaca el que cuenta con representaciones escultóricas que a diferencia de las encontradas en Monte Alban documentan matrimonios de la clase gobernante, fuente de cohesión política muy importante en el preclásico (950-1200 d.c.).
En la parte inferior de la estructura 195, se encontraron restos de seis residencias de alto estatus y tres tumbas asociadas a ellas, descubiertas a mediados del siglo XX, los trabajos de restauración son realizados en 1961 y 1975 por el experto John Paddock,
estimadose que existen mas de cien montículos en un espacio de 70 hectáreas aún por explorar y desenterrar de ellas los testimonios que dieron vida a esta ciudad zapoteca.
De acuerdo con fechamientos estos aposentos fueron ocupados por un lapso aproximado de 115 años, cada uno había sido utilizado por un periodo de 23 a 29 años durante cuatro o cinco generaciones.
En los frisos que se hallan en el altar frente a la tumba 6, se menciona a otros miembros del clan familiar, en estas representaciones se observa que el fémur representaba un símbolo de cambio legítimo de poder, estas escenas coinciden con el dato arqueológico por que todas las osamentas descubiertas en la cripta carecían del fémur derecho.
Uno de los pocos ejemplares de retratos de gobernantes prehispánicos, dispuestos en la fachada de la rumba 6, se trata de la representación del señor 1 temblor y la señora 10 caña, realizadas alrededor del año 700 d.c., celebres por su realismo, que revelan los semblantes del matrimonio ya entrado en años, incluso la mujer lleva el cabello trenzado formando una diadema, a la usanza que hasta el día de hoy mantienen las mujeres zapotecas, hallazgo sin precedente por sus elementos arquitectónicos, que están decorados con mosaicos y frisos en estuco, con todo su poder y esplendor grabados en pirámides y mascarones. Aún se desconoce el nombre real de esta antigua ciudad.
De esta ciudad también se sabe que fue de las primeras en utilizar las grecas en sus construcciones debido a la edad que estas piedras tienen, incluso algunos expertos señalan que estas son mas antiguas que las grecas de las construcciones de Mitla por lo tosco de las mismas.
Lo explorado en esta zona arqueológica son dos edificios que se encuentran a orilla de la carretera, se trata de una pequeña porción que da parte de lo que fue este asentamiento salinero. El abandono de Lambityeco probablemente estuvo relacionado con una época de inestabilidad y guerra que orillo a sus pobladores a residir en un lugar mas seguro.
Una incógnita y a la vez un enigma al respecto, es lo que nos plantea Alexander Von Wuthenau, un estudioso de origen alemán, nacionalizado mexicano, quien se especializó en analizar las características raciales de infinidad de rostros plasmados tanto en figurillas como en inscripciones, estelas y frisos encontrando lo increíble: rasgo fisonómicos típicos del viejo mundo en las culturas Maya, Olmeca, Tolteca e Inca, lo cual nos lleva a preguntarnos ¿Llegaron Judíos, Egipcios y Japoneses al México antiguo?.
Alexander Von Wuthenau, fue uno de los estudiosos que no acepto la vieja postura de que América fue descubierta por Cristóbal Colón, el estaba convencido de que pueblos de origen negro y semítico cruzaron el atlántico hacia 1600 a.c., y que muchos de sus descendientes se instalaron en América, solo que Von Wuthenau no se conformo con disentir si no que se dedicó a la tarea de reunir pruebas graficas de la presencia de dichas razas en nuestro suelo, estas evidencias son principalmente piezas arqueológicas diseminadas en museos, colecciones particulares sitios arqueológicos que fotografió y clasifico pacientemente, completando esto con su propia colección, siendo en su mayoría rostros que identifican no solo hebreos, si no griegos, egipcios, chinos, celtas y hasta africanos. A toda esta evidencia se puede agregar una serie de rostros inconfundiblemente semíticos localizados pacientemente como la cabeza de estuco de la tumba zapoteca de Lambityeco aquí en Oaxaca cuyas facciones, la barba y la nariz, son semíticas.
En uno de los tableros, Cocijo aparece en uno de los llamados mascarones, gran escultura de su rostro en barro cubierto por estuco blanco que flanquea la escalinata que sube al cuarto oeste en la residencia de los sacerdotes, los bigaña, en zapoteco.
Cocijo es el dios de la lluvia y significa rayo y el rayo esta asociado con esta, es uno de los dioses zapotecas más antiguos, encontrándose a demás al centro de las concepciones zapotecas del tiempo y del espacio.
Cocijo es el décimo noveno día en el calendario ritual zapoteco de 260 días, la palabra Cocijo se refiere a los cuatro periodos de 65 días (4×65=260) del calendario mencionado y en que Cocijo regía sobre los cuatro rumbos cardinales.
No es sorprendente la importancia dada al dios de la lluvia en una sociedad agraria como la zapoteca: de él procedía la lluvia que hizo florecer el maíz y otros cultivos, posibilitando la vida humana.
La religión zapoteca prehispánica era compleja y las representaciones de Cocijo cambian alrededor de 800-850 d.c., con el colapso de Monte Alban y otros centros urbanos como Lambityeco.
Para el intervalo de 850 hasta la conquista española, las imágenes del dios de la lluvia de los zapotecas, aunque escasas, vuelven a parecerse mucho mas a Tlaloc debido a una interacción estrecha entre Oaxaca y el centro de México.
El nombre de Cocijo aparece en el libro de Fray Juan de Córdova Arte del idioma Zapoteco que acompaña su diccionario zapoteca del siglo XVI, Vocabulario en lengua Zapoteca. suponen y de hecho a si lo manifiestan Marcos Winter, Robert Markens y Cira Martínez López, arqueólogos del Centro INAH-Oaxaca que Cocijo todavía esta con nosotros hoy en día manifestado como el Señor del Rayo, imagen de la capilla mas visitada de la Catedral de Oaxaca, suposición de la que difiero por que aun cuando es muy poco lo que se sabe del Señor del Rayo, existe un tríptico difundido por la Santa Iglesia Catedral de Oaxaca con una investigación del Sr. Lic. Don Luís Castañeda Guzmán fechado el diez de febrero de 1992 en el que nos dice:
Trazada la ciudad por Alonso García Bravo, llegó de España Fray Sebastián Ramírez de Fuenleal, señalando el sitio en que se levantaría la Iglesia Catedral, iniciando su construcción en 1553.
Una catedral que se va haciendo en paredes de adobe y techo de paja o zacate, un jacal bien hecho; pero peligroso y propicio para un incendio.
Cuenta que en una ocasión, durante una tormenta cayo un rayo sobre la techumbre de la incipiente catedral incendiándose y convirtiendo en cenizas todo lo que estaba en su interior. Milagrosamente la santa imagen del Señor del Rayo, que también se encontraba ahí fue respetada por el fuego quedando intacta; parece que de este incidente nació el nombre del “Señor del Rayo”
Después de Lambityeco, se erige la Ciudad de Yagul-Quiebaa, ubicada a cinco kilómetros, llamada por antiguos habitantes como Pueblo Viejo, quien durante varios siglos tuvo escasa población, pero un traslado masivo desde Lambityeco la convierte en una muy compacta y urbana ciudad.
Yagul es uno de los sitios más importantes del Valle de Oaxaca. Su importancia estriba en el hecho de representar sobre todo el periodo que continúa después de la caída de Monte Alban y llena un hueco considerable en la historia prehispánica tardía de Oaxaca. Son importantes además las implicaciones socio-políticas. Así mismo revela una mayor importancia dada a la habitación humana, aun a expensas de los templos de sus dioses.
Al noreste de esta ciudad se eleva una pequeña serranía abrupta y hosca que las separa del Valle de Díaz Ordaz. En cuanto se inician los cerros pedregosos, una de las eminencias de la serranía esta coronada por una fortaleza natural sostenida por inmensos bloques pétreos que caen al Valle de Díaz Ordaz, pero que del lado de Tlacolula, interrumpen su verticalidad para formar una pendiente mas accesible.
Aquí y en sus alrededores sus antiguos habitantes erigieron la ciudad. Un manantial abundante, que hoy lleva el agua a Tlacolula, forma un amplio caño de riego, nace abajo hacia el poniente, mientras que al sur la vista se extiende sobre fértiles campos y mas lejos las amplias montañas que cierran por ese lado el Valle de Oaxaca.
Dice el Dr. Ignacio Bernal que tal vez como en ninguna otra ciudad prehispánica, puede apreciarse la organización cívica de la antigua Yagul. Su fortaleza la defiende, su corazón político-administrativo comprende un nivel mas alto, el palacio y abajo los edificios religiosos o ceremoniales tales como templos, juego de pelota, etcétera. Todo unido dentro de dos vastas plataformas y controlado por el jefe y la aristocracia local. El pueblo vive alrededor y cerca de los campos de cultivo.
El arqueólogo suizo Adolf F. Bandelier en 1881 describió por primera vez las ruinas de Yagul, durante su viaje de Oaxaca a Mitla, noto varios sitios con ruinas indígenas, pareciéndole las más importantes las cercanas a Tlacolula en el sitio llamado Pueblo Viejo y refiere que se llamaba Gui-y-Baa según autoridad competente de Tlacolula.
Adolf F. Bandelier apuntó en su visita a Yagul los nombres de Guichibaa y Gui-y-Baa para este lugar, Guichi es pueblo y Gui-y es una forma de Quia o Quie en el siglo XVI significaba roca o cerro. La partícula Baa significa sagrado, también sepultura nombres creíbles respecto a Yagul, donde hay muchas tumbas, la semejanza de Baa como nombre de Yagul y Baak nombre actual de Tlacolula sugieren ser variantes del mismo nombre.
Yagul, conocido a principios de la década de los años cincuenta en que los residentes de Tlacolula convinieron en traducir el nombre como Palo Viejo de Yaga, madera o árbol y
Gulà, viejo o antiguo esto por que al pie del cerro corre un rió donde crecía un ahuehuete, derivándose de este hecho el nombre del lugar.
Otra derivación para la primera parte del nombre de Yagul es que Yaa o Ya, se refiere a un lugar alto, así el elemento Quia o Quiya, que significa roca o cerro puede traducirse como “Lugar Alto Viejo” que se acerca al nombre mas común en los años cincuenta que era el de Pueblo Viejo. El nombre de Quiebaa se parece al de Gui-y Baa y puede ser el nombre más antiguo de Yagul y por ende de la actual Tlacolula.
El distrito de Tlacolula es uno de los centros más importantes de la cultura zapoteca, su cabecera Tlacolula del mexicano Tlacololli significa cosa torcida y Tlan lugar, por lo que resulta, Lugar de cosas torcidas. En zapoteco Gui-y-baa ó Guillbaa de Guill pueblo y Baa sagrado y también sepultura, por lo tanto pueblo de sepulcros o lugar de tumbas. Tlacolula según algunos autores debe ser Tlacololan que significa “entre lo
muy lleno de varas o entre el varejonal”, se compone de Tlacotl, vara, Lotl, que expresa lo que une algo y Lan, variante de Tlan, sufijo que denota abundancia.
La indominia poblana nos dice que Tlacolula viene de Tlacolt que significa mitad y Loolá, nombre zapoteco de Huaxyacac (Oaxaca), por lo tanto quiere decir “a la mitad del camino a Loolà”. El genitivo de Matamoros se agrega en honor al héroe de la independencia que ocupó como cuartel un lugar contiguo al jardín principal.
La Villa de Tlacolula fue fundada en 1560 bajo los auspicios de los españoles que deseaban una estación para los que viajaban hacia el Istmo de Tehuantepec, ubicada entre los ríos salado y seco, pero una gran inundación obligo a la población a trasladarse
al sitio en que ahora se encuentra, asignándosele el nombre de Santa Maria de la Asunción, Tlacolula. La flor de Cempasúchil, Guiegbigoa, es su símbolo y representa la esencia de su idioma zapoteco.
Recibido en la Corresponsalía Oaxaca del Seminario de Cultura Mexicana
El 17 de agosto de 2015