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13 febrero, 2025
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Tiempo de la transición política

Con menos de dos meses para realizar campañas, los candidatos a la gubernatura estatal ya se dieron cuenta que poco o nada podrán hacer para ganar más votos para la elección del 5 de junio próximo.

Ya más de uno se planteó la disyuntiva de ir al encuentro de sus militantes y simpatizantes a las regiones u operar desde la capital del Estado, pues una y otra tarea es importante.

Más todavía si se toma en cuenta que ahora las redes sociales y los medios digitales, también los diarios escritos por supuesto y con mayor penetración la radio, están en todas partes y es fácil posicionar una propuesta.

Sin embargo, seguimos viendo campañas improvisadas, en ocasiones con eventos más de acarreados que verdaderos simpatizantes.

A estas alturas, en lugar de tratar de demostrarse uno a otro qué candidato tiene más seguidores, los aspirantes deberían concentrarse en posicionar sus propuestas.

De nada ayuda a un candidato andar atrás de otro haciendo las mismas propuestas o lo que es peor, fabricando boletines que solamente venden sueños, pero nunca plantean propuestas e ideas de los candidatos.

Los oaxaqueños que van a acudir a las urnas son inteligentes. Ya no les pueden dar atole con el dedo y menos jugarles el dedo en la boca.

Ya se acabaron los tiempos en que se le decía a la sociedad qué debía leer. Ahora ellos deciden. Ellos eligen y las nuevas generaciones cada vez están más avanzadas en eso de posicionar mensajes.

Hay una diferencia enorme entre un mamotreto escrito por tinterillos a un buen mensaje colocado en el momento preciso y en la aplicación exacta.

Valga pensar que ahora las nuevas generaciones no necesitan más de 140 caracteres para decir las cosas.

Por supuesto, es necesario llamar la atención de los electores y hacer cuestionamientos legales también es válido.

Sin embargo, hay que hacerlos de manera responsable y efectiva, porque actuar con el hígado sólo va a llevar a engrosar las averiguaciones previas iniciadas por la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Electorales y los expedientes en los tribunales electorales.

Lo único que le queda a los candidatos es aprovechar la jornada electoral e ir a posicionar sus propuestas entre el electorado.

Más allá del debate estéril está la necesidad de que a los oaxaqueños se les hagan ofertas políticas reales.

A los electores no les importa el desgaste de uno u otro abanderado que, en su desesperación, por todos los medios busque justificarse a sí mismo o empezar a construir una explicación a su derrota.

Los oaxaqueños están ciertos de lo que quieren. Están decepcionados. Sí. Muy decepcionados de malos gobiernos y malos gobernantes. Año con año, mes tras mes, prácticamente todos los días, el pueblo reacciona con apatía ante los llamados que hacen quienes los desgobiernan.

El enriquecimiento inconmensurable de quienes en los últimos años saquearon los dineros públicos es una ofensa para todos y seguramente sabrán definir un voto que castigue todas las irregularidades.

Por supuesto que la mayoría espera la transición democrática que ofreció la alternancia en el poder y que al final, se quedó con el cambio.

El cambio de un partido a otro, en este caso de un partido a una coalición variopinta, sin mayor interés que el poder por el poder, sólo supone un cambio de estafeta y de operadores de la administración pública, pero no una renovación del sistema.

Por eso, los comicios de este 5 de junio, independientemente de los intereses del grupo gobernante, representan la oportunidad histórica para consolidar la alternancia política y hacer realidad la transición democrática.

 

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