MISAEL SÁNCHEZ
Emilio Montero Pérez, director del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), lanzó una advertencia firme y sin rodeos para sancionar el fraude heredado en la institución y que afecta al sistema educativo, el cual considera que debe erradicarse de manera urgente.
Esta denuncia, fundamentada en una auditoría federal en curso, revela la existencia de prácticas que, por años, han drenado recursos del sector público, recursos que podrían invertirse en el desarrollo de la educación.
Montero Pérez se refiere a casos de docentes que, de manera irregular, perciben salarios de hasta cinco estados diferentes y se encuentran duplicados en múltiples nóminas.
Más alarmante aún es el hallazgo de alrededor de 750 maestros que, tras haber prestado servicio durante más de cinco décadas, continúan en la nómina sin cumplir con sus responsabilidades en las aulas.
Según Montero, estas personas, algunas de las cuales ya no laboran o incluso podrían estar fallecidas, representan una carga injustificada en el sistema.
La omisión de controles administrativos ha permitido que estos registros permanezcan, perjudicando la asignación de plazas a jóvenes normalistas en espera de una oportunidad.
«El problema no es sólo administrativo, es ético,» señala Montero, visibilizando una de las aristas más críticas de este fenómeno.
Más allá de los números, la realidad es contundente: el abuso de algunos afecta a muchos. Por eso, desde enero, el IEEPO implementará un cruce de datos con el Registro Civil para identificar a aquellos que ya no deberían figurar en la nómina.
Si una persona no asiste a su puesto o ha fallecido, deberá formalizarse su baja y liberar el recurso para quienes sí están listos para enseñar. Este banco de plazas representa, en palabras del director, «una prioridad para los normalistas», quienes merecen iniciar su carrera docente en condiciones justas.
Pero el director va más allá. Al señalar también a quienes buscan “compatibilidad de horarios” para trabajar en múltiples plazas, Montero enfatiza que los docentes tienen que optar entre un trabajo o el otro. La intención de controlar esta práctica no es simplemente una cuestión de ahorro fiscal, sino una apuesta por fortalecer el compromiso profesional y devolver al magisterio su papel ejemplar en la sociedad.
Con más de 2000 o incluso 5000 maestros potencialmente involucrados, el proceso se presenta como un reto monumental. «Es mi reto personal», afirma Montero, subrayando su compromiso con esta transformación profunda.
La auditoría federal no sólo representa una intervención técnica; es, en cierto modo, una reflexión colectiva sobre la responsabilidad que tiene cada docente frente a la comunidad.
Montero deja claro que el IEEPO no cederá en su misión de depurar y fortalecer la administración educativa. El sistema educativo en Oaxaca se encuentra en una encrucijada. La generación de nuevas plazas y la inclusión de jóvenes normalistas es urgente. Requiere no solo de recursos, sino de un cambio de mentalidad y una estructura administrativa sólida, donde no haya espacio para quienes eligen lucrar a costa de la educación pública.
Este proceso de transformación, por tanto, no será sencillo, pero representa un paso decisivo para garantizar que el sistema educativo de Oaxaca esté en manos de quienes están dispuestos a construir un futuro más honesto y justo.
Para Emilio Montero y el equipo del IEEPO, esta auditoría es mucho más que una evaluación. Es un llamado a la acción que exige respuestas inmediatas y una vigilancia constante, de cara a una educación libre de vicios y privilegios, para que las aulas se llenen de maestros íntegros y comprometidos con su vocación.