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18 febrero, 2025
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Riqueza y Pobreza en Oaxaca

Uno de los ex aspirantes priístas a la gubernatura estatal, Javier Villacaña Jiménez, en entrevista con reporteros oaxaqueños dijo en varias ocasiones que el ahora abanderado del partido tricolor, Alejandro Murat Hinojosa, cuenta con un perfil profesional extraordinario no sólo para ser candidato de su partido, sino también para gobernar la entidad.

El dato pasaría desapercibido si en el colectivo no existieran interrogantes sobre el tema de los «presupuestos históricos» que recibió el Estado en los últimos años y de las obras y acciones de gobierno que no se implementaron.

A 10 meses de que concluya la actual administración, aún se ventilan decenas de juicios mercantiles y recursos administrativos ante los tribunales de proveedores a los que se les pagó a medias o, en el peor de los casos, nunca se les hicieron efectivos los contratos firmados.

El inusitado crecimiento de la deuda pública también deja hipotecados a los oaxaqueños para las siguientes administraciones y, lamentablemente, los créditos solicitados afectarán el presupuesto que reciba no sólo la siguiente administración, sino cuando menos los próximos 4 gobernadores.

Quienes saben de economía y de finanzas públicas, en ningún momento dudan de la importancia de mantener una vigilancia permanente sobre el gasto público y también de la generación de economías que redunden en beneficio de la sociedad.

Y es precisamente ese activo el que convierte al candidato priísta, Alejandro Murat, en una propuesta interesante para gobernar la entidad, pues sus conocimientos como Abogado y especialista en Derecho Corporativo, Fiscal, Financiero y de Propiedad, además de la Banca y Finanzas Internacionales, le dan una perspectiva distinta a la de cualquier político para enderezar el rumbo financiero, fiscal y económico de Oaxaca.

Año con año, a pesar de los ajustes presupuestales que hizo la Federación, en ningún momento el Estado tuvo una reducción de sus ingresos, al contrario se contó con presupuestos con un crecimiento anual de hasta el 10 por ciento, según las cuentas públicas entregadas al Congreso local.

Tal vez como nunca, la entidad tiene la esperanza de que su economía se reactive, pues a pesar de existir crisis severas internacionales, las mismas condiciones de rezago y las asimetrías con el resto del país, hacen que a Oaxaca las crisis que asfixian a otros estados ni siquiera le afecten su economía interna.

Allí están los indicadores del Instituto Nacional de Estadística y Geografía que por lo general, siempre ubican a la entidad si no en indicadores de crecimiento cuando menos en situaciones que la salvan de la debacle económica.

Afortunadamente el turismo que se derrama en un solo sector, en el que se encuentran los hoteleros, restauranteros y prestadores de servicios turísticos, sigue siendo generoso y aunque hay una caída en el número de visitantes, mantienen la actividad económica.

Antes que los comerciantes y prestadores de servicios, por supuesto, están los migrantes, un sector ignorado y que no atienden las autoridades, pero que al final aportan anualmente más de 20 mil millones de pesos a la economía local, prácticamente el 25 por ciento del presupuesto anual que este año ronda los 80 mil millones de pesos.

¿Qué pasaría en Oaxaca si miles de familias no recibieran, hasta sus comunidades de origen, las remesas familiares que llegan desde los Estados Unidos? ¿Habría condiciones de estabilidad en las zonas rurales e indígenas, así como en las urbanas, si los oaxaqueños no tuvieran en la migración una válvula de escape a las necesidades reales de empleo?

Por supuesto que la migración es un fenómeno mundial, pero en el caso de Oaxaca, además de ser ya una cultura, se ha convertido en una alternativa para obtener ingresos y garantizar la supervivencia familiar.

Sin embargo, a pesar de ello, los migrantes son un sector que no está representado en el Congreso local y tampoco en los cabildos municipales.

Por ello es tiempo de que los candidatos a la gubernatura estatal y también quienes aspiren a ser legisladores locales o concejales, se preocupen por reconocer el esfuerzo y la aportación que hacen a la economía local los miles de migrantes que envían dólares a sus comunidades de origen.

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