Creo que la mayoría de mis amigos son egresados de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca. Con algunos hasta tuve el privilegio de cursar varios años en sus aulas. Por supuesto que a estas alturas prevalece la amistad y tenemos otros intereses. Algunos aún van a dar clases. A otros los jubilaron, pero siguen teniendo el alma de universitarios. Y están orgullosos de su Alma Mater. Yo también.
Por eso, la mayoría coincide en que la próxima administración tiene que enfocar su principal esfuerzo, en rescatar la academia y darle nuevos días de gloria a la máxima casa de estudios.
El reto para el próximo rector que será elegido este viernes 13 de mayo es enorme. Sin embargo, la pauta para el viraje definitivo ya se dio. Hay acuerdos, consensos, compromisos y una ruta clara en la que, inclusión de por medio, todos los universitarios aprovechen las herramientas actuales para llevar a la Universidad a un nuevo derrotero.
Los universitarios no son tan patanes como para no reconocer que en la UABJO hay una calma “chicha” que debe anteceder a la reflexión, sobre todo unas horas antes de acudir a elegir al próximo rector.
Por supuesto que la perspectiva de los universitarios es distinta a quienes desde el exterior ven en la UABJO un departamento de educación estatal o, lo que es peor, un barril sin fondos que recibe subsidios, más federales que estatales.
La experiencia extraordinaria de abrevar conocimientos en sus aulas, aprender a aprender, hacer amistades y convertirse en universales, lleva a la misma comunidad universitaria a tener un sentimiento diferente de la institución.
Y de allí, precisamente, nace el interés de la mayoría de los universitarios por tener una mejor universidad.
Ahora corresponde al nuevo rector encabezar el mayor esfuerzo que se haya visto, no solo para rescatar a la universidad, sino para insertarla en el mundo actual, pues la mayoría de las instituciones de educación superior trabajan para hacer de la calidad de la educación un activo que se pueda ofertar y que al mismo tiempo les dé prestigio.
El gran reto, sin duda, será elevar el nivel de educación para ubicar a la UABJO entre las mejores universidades del país, lo cual no será imposible si también el Estado respalda a la comunidad universitaria con mejores programas educativos, subsidios e infraestructura.