MISAEL SÁNCHEZ
La inauguración del Parque Primavera en Oaxaca representa más que la recuperación de un espacio físico; es la regeneración de un lugar destinado a convertirse en epicentro de la memoria, la identidad y la convivencia comunitaria. Este parque, que antes fuera un sitio industrial en decadencia, se transforma hoy en un espacio plural, incluyente e intercultural que celebra la riqueza de las culturas originarias, afrodescendientes y mestizas de la región. En este contexto, el parque emerge como un acto simbólico que reúne la historia y el presente de Oaxaca en un entorno donde la colectividad, la tradición y el arte convergen de forma única.
El Parque Primavera se ha diseñado para ser un punto de encuentro y una plataforma abierta para las expresiones artísticas de las comunidades. Espacios como el museo de la milpa, el skate park, canchas deportivas y áreas de exhibición artística reflejan no solo la riqueza cultural, sino también el enfoque incluyente del estado, que ve en este lugar un área de disfrute para todos: desde los niños y jóvenes, hasta adultos y ancianos de las ocho regiones. Cada rincón del parque busca ser un recordatorio de que Oaxaca es un territorio diverso, donde todas las expresiones y voces encuentran un espacio para florecer.
El proyecto ha involucrado no solo la recuperación arquitectónica, sino también la colaboración de artistas locales e internacionales, quienes, a través de obras icónicas, capturan la esencia de la flora, la fauna y el espíritu oaxaqueño. Un ejemplo emblemático es el mural de cerámica dirigido por maestros artesanos, donde niños y niñas, junto a sus familias, participaron en la creación de piezas inspiradas en la biodiversidad local. Estas piezas, que decoran el parque, representan el compromiso por preservar las prácticas culturales en riesgo y transmitir un legado de cuidado y respeto por el entorno.
Uno de los elementos más conmovedores del Parque Primavera es la exposición de las figuras de cerámica de migrantes, una obra monumental del maestro Alejandro Santiago que pone de manifiesto el fenómeno migratorio y sus implicaciones culturales y emocionales para el pueblo oaxaqueño. Con cada una de las figuras, el parque no solo rinde homenaje a quienes han migrado, sino que también se convierte en un recordatorio constante de la resiliencia y fortaleza de Oaxaca ante los desafíos de la modernidad.
A través de un enfoque inclusivo y sostenible, el parque no solo representa un espacio físico renovado, sino un renacimiento de la identidad y la cohesión social. Las actividades permanentes de la Secretaría de las Culturas y Artes en el recinto incluyen conciertos, exposiciones, talleres de fomento a la lectura y representaciones teatrales que consolidan al parque como un lugar de intercambio cultural y aprendizaje continuo. Estas actividades no solo ofrecen entretenimiento y educación, sino que también fortalecen el sentido de pertenencia y orgullo por lo propio, mientras abren las puertas a visitantes y nuevas generaciones que buscan conectarse con la esencia de Oaxaca.
La presencia del arte, la memoria histórica y el compromiso social en el Parque Primavera hacen de este espacio un motor de cambio y un refugio donde florecen las esperanzas de un Oaxaca más justo y equitativo. Aquí, en cada obra de arte y cada rincón pensado para la convivencia, el estado reafirma su dedicación a una cultura viva, accesible y en constante evolución.