Con la pérdida de la capacidad adquisitiva de los salarios en las últimas 3 décadas –hasta en un 80 por ciento— para los oaxaqueños ha sido prácticamente imposible aspirar a dejar de ser pobres y, con la crisis actual, han tenido que apretarse más el cinturón y consumir menos productos de los habituales.
Así resume la situación económica actual el economista Carlos Hernández Villalobos, presidente del Colegio de Economistas de Oaxaca, quien recomienda no iniciar empresas sin planes de negocios, pues un 50 por ciento de éstas no sobreviven al primer año y menos si no tienen una adecuada planeación.
En entrevista dice que los bajos salarios obligan a incrementar los ingresos familiares con el trabajo no sólo de uno, sino de varios miembros de la familia, sobre todo porque el deterioro de los ingresos, de 1980 a la fecha, es superior al 80 por ciento de su capacidad adquisitiva, lo cual se traduce en dificultades para alcanzar el bienestar familiar.
“El crecimiento económico es limitado y ha beneficiado principalmente a empresas exportadoras del norte del país. En el sur seguimos teniendo salarios de subsistencia”, apunta.
Asimismo, señala que a diferencia de otros tiempos, desde hace varios años los oaxaqueños no pueden abandonar su condición o nivel de vida.
“Tenemos una vida que ya no nos hace aspirar, por ejemplo, a dejar de ser pobres y ser clase media o de clase media pasar a clase media alta o clase alta. Ahora a lo único que podemos aspirar es a no perder nuestro nivel. Por eso estamos agarrados de donde podemos. Trabajamos mucho. Lamentablemente trabajamos para no ir hacia abajo. Nos aterroriza la idea de pasar de clase media a pobres. Todos trabajamos con la idea de cuando menos tener el nivel de vida con el que nacimos para no ir hacia abajo. Tal vez con eso nos vamos a morir. Esa es la situación actual”, reconoció.
También señaló que la devaluación tiene un mayor impacto en la inflación y el deterioro del ingreso de las familias, el cual mantienen las autoridades del Banco de México con la inyección de dólares, al mercado cambiario.
“Eso es lo que dice el Banco de México sobre la liquidez. Dice que le está dando liquidez al mercado cambiario, inyectando dólares, para que así los bancos puedan ver cubierta su oferta y demanda. De esa manera están conteniendo la devaluación o depreciación del tipo de cambio y con eso van a impedir que la depreciación del tipo de cambio provoque mayor inflación.
El economista explica que el incremento de precios deteriora la distribución del ingreso de manera real, lo cual se traduce en una caída en la demanda de los consumidores.
“El mercado interno no nos está sirviendo para aumentar el crecimiento. Nos estamos apretando el cinturón desde hace 2 años y lo haremos en el 2016. Estamos cambiando nuestros hábitos de consumo. Ahora consumimos menos productos de lo que habitualmente estábamos acostumbrados. Buscamos productos sustitutos. Por ejemplo, las familias sacan a sus hijos de escuelas privadas y los llevan a otras más económicas”, señaló.
Indicó que hay un cambio en la demanda y que se nota, pues la misma se encuentra contraída y eso también lleva a que se contraiga la economía.
Dice que no se ha visto un incremento en la liquidez para satisfacer la demanda del mercado interno porque éste no crece de manera acelerada.
“No hay recuperación económica. Las empresas asumen costos. También los consumidores”, admite.
Sin embargo, confía que para el 2016, el escenario sea más favorable y que, incluso, a finales de año se pueda tener una disminución significativa en el tipo de cambio.
“Eso nos va a dar cierta estabilidad. La perspectiva también es que las tasas de interés de Estados Unidos que ya no subieron en septiembre, provoquen una baja en la especulación respecto al tipo de cambio. Eso llevará a un escenario sin tanto nerviosismo en los mercados internacionales”, agregó.
Señaló que se tendrá una tasa de interés del 3 por ciento que es más o menos la que maneja el Banco de México y que dará oportunidad para adquirir viviendas o créditos a bajo costo.
Aunque también detalló que la reducción en el gasto público va a tener un impacto en el tema de bienestar, pues las familias mexicanas no van a estar mejor y las condiciones serán similares a las de este año.
“La recomendación a los oaxaqueños, a los mexicanos es que no se endeuden y que se den cuenta de que el problema del mundo en este momento es la deuda. México se sigue endeudando para mantener niveles de gasto que ya no pueden ser sostenibles. Por ello la gente no debe contraer deudas innecesarias. Si se van a endeudar que sea para adquirir patrimonio, bienes duraderos. Hay que hacerse la vida más fácil. Hay que programar los gastos”, apuntó.
También recomienda no hacer empresas por ocurrencia, sino mediante planes de negocios, pues la mortalidad de las empresas en Oaxaca en el primer año es de un 50 por ciento, por ello reitera que es indispensable planear la creación de una empresa y, en la medida de lo posible, evitar gastos innecesarios, sobre todo lo que se denomina compras hormiga.
“La crisis es un buen momento para que las familias oaxaqueñas cambien de hábitos de consumo. Hay que comer más saludable y pensar que es tiempo de ahorrar”, concluyó.