Misael Sánchez Sarmiento
Un reclamo de la ciudadanía en anteriores administraciones, en los tres niveles de gobierno, era que el pago de impuestos no se traducía en beneficio para el ciudadano.
Y esa era una razón para que la informalidad creciera a niveles insospechados.
Sin embargo, a pesar de tener una nueva administración federal, estatal y municipal, la ciudadanía insiste en mantenerse en la informalidad.
Más del 80% hace negocios y trabaja en la informalidad.
La pobreza y la marginación son problemas persistentes que afectan a muchas regiones en México, y uno de los estados más afectados es Oaxaca.
En esta tierra llena de riqueza cultural y natural, el incremento de la informalidad y la falta de empleos han exacerbado aún más las desigualdades socioeconómicas, dejando a miles de personas sumidas en la pobreza y la marginación.
Carecemos de una cultura laboral y no sabemos reconocer los beneficios de la formalidad, por ello, trabajadores con empleos formales, migran al sector informal, donde por unos pesos más de ingreso, sacrifican la seguridad social.
Oaxaca se enfrenta a desafíos significativos en cuanto al empleo formal.
Aunque la economía del estado se basa principalmente en la agricultura, la artesanía y el turismo, la falta de oportunidades laborales formales ha llevado a un aumento alarmante de la informalidad.
Mientras la ciudadanía no contribuya a mejorar la recaudación, el panorama seguirá siendo el mismo, pues los presupuestos dependen del pago de impuestos.
Muchos oaxaqueños se ven obligados a buscar empleo en el sector informal, donde las condiciones laborales son precarias, los salarios son bajos y los derechos laborales son limitados.
Esto conduce a un ciclo de pobreza y marginación que es difícil de romper.
La falta de empleos formales no solo afecta a los individuos, sino también a sus familias y comunidades en general.
La pobreza se ha convertido en una realidad cotidiana para muchos oaxaqueños, con dificultades para acceder a servicios básicos como la educación, la atención médica y la vivienda adecuada.
Los niños y los jóvenes son especialmente vulnerables, ya que la falta de oportunidades de educación y empleo limita sus posibilidades de un futuro mejor.
Además, la pobreza y la marginación en Oaxaca se ven agravadas por la desigualdad de género. Las mujeres, en particular, enfrentan mayores dificultades para acceder a empleos formales y a oportunidades de desarrollo.
La brecha salarial y la discriminación de género continúan perpetuando la desigualdad y la exclusión social.
Para abordar estos desafíos, es crucial implementar políticas y programas que fomenten la creación de empleos formales y promuevan el desarrollo económico sostenible en Oaxaca. Esto implica invertir en sectores clave como la agricultura, el turismo y la infraestructura, y proporcionar apoyo a los emprendedores locales. También es necesario fortalecer la educación y la capacitación laboral para mejorar las habilidades y las oportunidades de empleo de los oaxaqueños.
Además, es fundamental promover la equidad de género y garantizar la igualdad de oportunidades para las mujeres. Esto implica eliminar las barreras que limitan su acceso al empleo formal, así como fomentar su participación en roles de liderazgo y toma de decisiones.
La pobreza y la marginación en Oaxaca no pueden abordarse de manera aislada. Se requiere una acción coordinada y colaborativa entre el gobierno, la sociedad civil y el sector privado para generar un cambio real y duradero. Es necesario comprometerse a largo plazo para mejorar las condiciones de vida de los oaxaqueños y garantizar un futuro más justo y equitativo para todos.
En conclusión, la pobreza y la marginación en Oaxaca han sido exacerbadas por el incremento de la informalidad y la falta de empleos formales. Para superar estos desafíos, se necesitan políticas y programas que fomenten la creación de empleo, promuevan el desarrollo económico sostenible y garanticen la igualdad de oportunidades para todos. Solo a través de un esfuerzo conjunto y sostenido se podrá construir un Oaxaca próspero y justo para las generaciones venideras.