La ciudad de Oaxaca se transforma cada año al llegar el Día de Muertos, pero este jueves 31 de octubre de 2024, el Zócalo oaxaqueño se convirtió en un espacio aún más vivo y vibrante, cuando el gobernador Salomón Jara, acompañado de la presidenta del Sistema DIF Oaxaca, Irma Bolaños, inauguró la exposición de altares y tapetes monumentales en el corazón de la capital. Esta ceremonia marca la apertura de «La Fiesta Más Viva de Todos», un programa lleno de color y significado que celebra la tradición y la diversidad cultural del estado.
La inauguración fue precedida por la segunda edición de Diverti Muertos, una colorida procesión que recorrió la avenida Juárez desde el paseo El Llano hasta el Zócalo, donde familias, visitantes y autoridades disfrutaron juntos de la atmósfera festiva. En esta temporada, el Día de Muertos no es solo un acto simbólico, sino un encuentro profundo entre vivos y muertos, en el que el arte efímero de los tapetes y los altares representan las raíces y la identidad oaxaqueña.
Las 16 etnias que conforman Oaxaca y el pueblo afromexicano están representadas en los altares y tapetes que adornan el Zócalo, invitando a los espectadores a conectarse con sus tradiciones y valores culturales. Cada altar está adornado con elementos únicos y simbólicos: el cempasúchil, flores de vivos tonos naranjas que guían a los difuntos en su camino de regreso; platillos como el mole y los tamales, que evocan el sabor de la tierra oaxaqueña; y ofrendas de pan de yema, chocolate, y frutas frescas como la jícama y el plátano. Todos estos elementos, cuidadosamente dispuestos, transforman la plaza en un espacio de comunión y memoria.
En el centro de la exposición, el monumental altar dentro del Palacio de Gobierno destaca como un homenaje a las almas ausentes, con figuras de catrinas y representaciones de vírgenes oaxaqueñas que reflejan la espiritualidad y el sincretismo de las tradiciones indígenas y mestizas. La fiesta continúa con actividades como la esperada Mega Comparsa, que recorrerá las calles principales desde la fuente de las Ocho Regiones hasta el Zócalo, sumando así más ritmos y colores al festejo.
Más que una exhibición cultural, esta celebración es un recordatorio de la riqueza y diversidad de Oaxaca, un tejido de herencias que conecta el pasado con el presente. Para Oaxaca, el Día de Muertos no es solo una festividad, sino un ritual que une generaciones, honrando a quienes ya partieron y afirmando la identidad de un pueblo orgulloso de su patrimonio cultural.
