Misael Sánchez / Opinión
La semana pasada, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) de la Semarnat reportó la declaración de tres nuevas Áreas Naturales Protegidas (ANP) en Oaxaca.
Estos santuarios naturales incluyen el Área de Protección de Flora y Fauna Bajos de Coyula, el Parque Nacional Huatulco II y el Parque Nacional Ricardo Flores Magón, ubicados respectivamente en los municipios de Santa María Huatulco, San Miguel del Puerto y San Pedro Pochutla.
Este decreto se traduce en un resguardo de casi 6 mil hectáreas de terreno, donde una rica amalgama de selvas, manglares, vegetación de dunas costeras y pastos marinos forman un hábitat vital para una diversidad de especies.
En consonancia con esta importante acción de preservación, el gobierno federal subrayó la relevancia de involucrar a las comunidades y pueblos originarios en el esfuerzo de conservación de más de 628 mil hectáreas de biodiversidad existentes en 148 áreas destinadas voluntaramente a la conservación.
La premisa central radica en empoderar a las personas para que se conviertan en administradores, guardianes y defensores de sus propios recursos naturales.
Las instituciones gubernamentales, en este sentido, asumen la tarea de proporcionar las herramientas y el apoyo necesario para facilitar este compromiso comunitario en la conservación y protección de sus territorios ancestrales.
Hasta antes del último decreto, un total de 74 áreas naturales protegidas, en una superficie de 931.21 kilómetros, se consideraban y se consideran el mejor activo de Oaxaca para enfrentar los efectos del cambio climático.
Sin embargo, estos ambientes naturales reclaman con urgencia su restauración y conservación.
Más de 93 mil 121 hectáreas están bajo el control y cuidado de las mismas comunidades, las cuales con recelo protegen su patrimonio natural.
La biodiversidad local es tan micro regional que una gran variedad de especies se reproducen únicamente en zonas delimitadas del Estado.
Por eso preocupan los incendios. Ya en una ocasión los artesanos de Teotitlán del Valle denunciaron que el incendio de pastizales para ellos no era más que la destrucción de tintes y colorantes naturales.
De acuerdo con el gobierno federal, las áreas naturales protegidas son administradas, reguladas y controladas por autoridades federales, estatales y comunitarias.
Asimismo se reporta que un 74.6 por ciento pertenecen a bienes comunales; el 24.5 por ciento a ejidos y un 0.9 por ciento a propiedad privada.
Bajo esta premisa, tenemos que hacer algo porque al ver una panorámica del Estado, sobre todo de la última década, nos daremos cuenta que cada vez tenemos menos zonas verdes.
Comunidades como Santa Catarina Ixtepeji; Santa María Huatulco; Ixtlán de Juárez, Santiago Comaltepec y Santiago Xiacui, tienen espacios naturales valiosos que ahora disfrutan los amantes del ecoturismo y la biodiversidad.
También La Trinidad Ixtlán, Santa María Yavesía, Capulálpam de Méndez, El Retén, Tres Picos, Arroyo Pato, El Chilar y Cerro Azul forman parte de las reservas naturales de las comunidades oaxaqueñas.
El mismo gobierno estatal cuenta con seis zonas de reserva, áreas naturales protegidas que poco se preocupa por dar mantenimiento.
Se trata del Cerro del Fortín, La Sabana, la zona de reserva ecológica y área natural protegida, el Parque Ecológico Regional del Istmo, el Cerro Ta-Mee y también Hierve El Agua.
De acuerdo a la Dirección General de Población 524 mil 796.54 hectáreas son administradas en Oaxaca por la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (CONANP) y 8 mil 667.51 hectáreas son reguladas vigiladas y administradas por el gobierno estatal.
Entre las zonas a cargo del gobierno federal destacan la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán; el parque nacional Huatulco; El parque Nacional Lagunas de Chacahua; El parque Nacional Benito Juárez; El Monumento Natural Yagul; el Santiago Playa Escobilla; El Santuario de la Playa de la Bahía de Chacahua y el área de protección de flora y fauna Boquerón de Tonalá.
Frente a los efectos del deterioro ecológico por el cambio climático, es urgente que se definan planes de trabajo para preservar las reservas naturales de la entidad.
