Misael Sánchez
En la atmósfera cultural y mezcalera del Taller La Huella Gráfica, el editor Guillermo Santos presentó con entusiasmo el tercer número de la Gaceta La Telaraña, un esfuerzo cultural impulsado por el Centro Cultural La Telaraña de su director, el maestro Lucio Santiago López.
A estas alturas, cuando ya no existen las secciones culturales y menos suplementos, en los escasos periódicos que sobreviven en la entidad, mucho menos gacetas o revistas, esta iniciativa busca mantener viva la llama de la literatura y el arte en tiempos en los que la palabra impresa parece desvanecerse.
“Estamos en este momento impulsando la gaceta La Telaraña. Es una iniciativa del Centro Cultural La Telaraña. Imprimimos 2 mil ejemplares gratuitos para museos, galerías, escuelas y centros de arte en la ciudad de Oaxaca”.
Con estas palabras, el editor enfatizó el objetivo principal de la publicación que es acercar el arte y la literatura a un público más amplio, en especial a aquellos que frecuentan espacios culturales.
En una breve entrevista, antes de la inauguración, nos platica de un encuentro con la historia y la modernidad.
Y es que, el artista Demián Flores, encargado de ilustrar este número, es el corazón visual de la gaceta.
Refiere que sus imágenes, cargadas de simbolismo y referencias históricas, enriquecen la narrativa propuesta por los diversos colaboradores de la publicación.
Demián Flores comentó sobre su proceso creativo y las influencias que moldearon su trabajo, destacando la importancia de la historia en su obra:
“Me fue interesante plantear esta serie a partir de un grabador del siglo XVI que se llama Theodore de Bry. Él nunca vino a América, pero creó un imaginario consumido en Europa sobre el Nuevo Mundo”.
Esta combinación de imágenes históricas reinterpretadas y textos contemporáneos refleja la misión de La Telaraña:
“Aproximar al público a la lectura y reflexionar más sobre la cultura visual”, según explicó Santos.
En un entorno donde los medios digitales predominan, la gaceta se erige como un bastión de la palabra escrita y el arte impreso.
La conversación también abordó los desafíos contemporáneos de la publicación impresa.
“Estamos en un momento sumamente inmaterial, en el que todo tiene que ser visto, todo tiene que ser espiritual, pero no comprendemos que mucha de la cultura inmaterial es importante”, reflexionó Santos.
Esta declaración subraya la necesidad de balancear la rapidez y accesibilidad de la tecnología con la profundidad y permanencia de lo impreso.
La logística detrás de la gaceta es un esfuerzo comunitario.
Lucio Santiago López, director del Centro Cultural La Telaraña, se encarga de conseguir los patrocinadores, mientras que Axel Alarzón diseña la publicación.
Esta colaboración estrecha permite que cada número vea la luz, pese a los desafíos financieros y logísticos.
Además de la gaceta, La Telaraña organiza talleres y ciclos de cine, creando un espacio integral de cultura y aprendizaje.
Este tercer número de La Telaraña no solo es un objeto de lectura, sino un símbolo de resistencia cultural.
En tiempos donde lo digital domina, La Telaraña teje con hilos de papel y tinta un puente hacia la reflexión y el diálogo.
“Nos interesan e invitar a gente a que venga a explorar”, concluyó Santos, invitando a la comunidad a sumarse a esta iniciativa.
La gaceta La Telaraña del Centro Cultural La Telaraña, bajo la dirección de Lucio Santiago López, y con la dedicación de Guillermo Santos en la edición y Axel Alarzón en el diseño, cultivan un legado de compromiso con la cultura.
La Gaceta Número 3, ilustrada por Demián Flores, es testimonio de este esfuerzo continuo por mantener viva la palabra escrita y el arte impreso.
La Telaraña, más que una gaceta, es una red de ideas, imágenes y palabras que invita a sus lectores a detenerse, reflexionar y, sobre todo, a no perder el hábito de leer.
“Es el soporte, se puede hacer digitalmente, se puede hacer impreso, se puede hacer en blog, se puede hacer… También importa el sentido de emitir mensajes que lleguen a alguien más y que puedan reflexionar o pensar en otra cosa completamente distinta”, puntualizó Guillermo Santos, recordándonos que la cultura siempre encontrará una manera de florecer, incluso en los tiempos más difíciles.
