Antes de que hubiera una definición de candidaturas a la gubernatura estatal, las elecciones en la UABJO despertaban algunas inquietudes, pues había el temor de que el proceso universitario se contaminara de los comicios locales.
No pasó. Al contrario, parece que la elección de Gobernador, así como de diputados y concejales, atrajo a más actores políticos, incluyendo universitarios, generando así condiciones para que la UABJO tenga elecciones tranquilas y sin incidentes.
La Comisión Electoral ya registró a los tres aspirantes a rectoría y como van las cosas, todo indica que los comicios del 13 de junio transcurrirán sin sobresaltos y, además, por los acuerdos alcanzados el doctor Eduardo Bautista Martínez encabeza las preferencias de los universitarios.
El dato compartido por la misma comunidad universitaria será confirmada en breve, pues el 15 de mayo concluye el rectorado del rector Eduardo Martínez Helmes.
En varias ocasiones, universitarios, funcionarios y empresarios, señalaron que la UABJO debe pasar del voto secreto y universal a otro tipo de elección de sus autoridades, sobre todo para frenar la carrera de intereses ajenos a la máxima casa de estudios.
Sin embargo, el ambiente actual lleva incluso a reflexionar sobre la importancia de que la universidad popular, no tan gratuita, sirva siendo un espacio para preparar a las nuevas generaciones en el ejercicio de la democracia.
Ahora que está de moda hacer valer los derechos político electorales de los ciudadanos, que los universitarios participen, desde alumnos de 15 años de los bachilleratos, habla bien de un ejercicio que debe ser repetido una y otra vez por las nuevas generaciones.
Hasta se piensa que sería un retroceso quitar la elección universal del rector y llevar la decisión a una junta de notables, como ocurre en otros espacios universitarios, donde los mismos grupos de poder se reparten las posiciones.
Como sea, la elección de la UABJO debe ser ejemplar y enviar un mensaje claro en el sentido de que la máxima casa de estudios no puso en riesgo el proceso de elección estatal, sino coadyuva a mantener el orden para que los oaxaqueños decidan en calma y tranquilidad quiénes deben ser sus autoridades.
Por supuesto, el gran reto para el próximo rector es rescatar la academia y promover una universidad de excelencia en la que se beneficie a la comunidad, pero sobre todo a la sociedad oaxaqueña.