Misael Sánchez
El 5 de septiembre de 1866, Juchitán de Zaragoza, en el estado de Oaxaca, fue testigo de una de las gestas más heroicas en la lucha por la soberanía nacional. EN OAXACA
En ese día, hace 158 años, el pueblo juchiteco, unido por la fuerza de su herencia zapoteca y con un profundo sentido de patriotismo, enfrentó y derrotó al ejército francés, uno de los más poderosos del mundo en ese momento.
Esta batalla, que se libró en el Paraje Igu, es recordada como una victoria que no solo reafirmó la resistencia mexicana frente a la intervención extranjera, sino que también consolidó el espíritu combativo y el coraje de los habitantes de Juchitán.
La conmemoración de este episodio histórico se ha convertido en una tradición anual, donde se honra a los héroes locales que arriesgaron y entregaron sus vidas por la libertad de su pueblo.
Este año, en el marco del 158 aniversario, el presidente municipal de Juchitán, Miguel Sánchez Altamirano, el director del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), Emilio Montero Pérez, y la presidenta honoraria del DIF Municipal, Yoshira Sánchez López, encabezaron los actos conmemorativos, destacando la importancia de preservar la memoria histórica y transmitir a las nuevas generaciones el valor de la unidad y la resistencia.
El presidente municipal Miguel Sánchez Altamirano resaltó el simbolismo del altar cívico, espacio que ha sido testigo de las celebraciones patrióticas en honor a los caídos.
«Cada año, venimos aquí para recordar la gloriosa batalla del 5 de septiembre, un evento que forma parte de nuestra identidad como pueblo rebelde y unido ante la adversidad», declaró.
También hizo hincapié en los esfuerzos del ayuntamiento para dignificar este lugar histórico, con planes de mejorarlo y convertirlo en un espacio educativo donde las futuras generaciones puedan conocer más sobre su historia local.
Sánchez Altamirano recordó cómo, en aquella fatídica mañana de 1866, los líderes guerrilleros juchitecos, como Felipe López Sena e Isóforo Canseco, trazaron una estrategia que llevaría al ejército invasor francés a su retirada definitiva.
“Aquí se comenzó a escribir la historia del triunfo republicano, un legado de valor y de lucha que corre por nuestra sangre”, afirmó.
Su mensaje fue claro: la unidad y la organización fueron las claves del éxito en 1866, y siguen siendo esenciales para enfrentar los desafíos del presente y del futuro.
Por su parte, Emilio Montero Pérez, director del IEEPO, destacó el papel fundamental de las mujeres juchitecas en la defensa de su tierra.
«La mañana de aquel día significó un parteaguas en nuestra historia», señaló Montero.
“Frente a la posibilidad de la derrota, fue la energía y la determinación de la mujer juchiteca lo que impulsó la resistencia. Su labor y su dignidad han sido el motor de nuestra historia desde entonces”.
Montero también mencionó la importancia de transformar el altar cívico en un espacio para la enseñanza de la historia local.
«Este lugar no será solo un mausoleo que recordemos cada año», indicó. «Será un centro donde las niñas y niños de Juchitán puedan venir a conocer sus raíces, a sentir el orgullo de ser descendientes de aquellos valientes que defendieron nuestra tierra».
Yoshira Sánchez López, presidenta honoraria del DIF Municipal, también expresó su respeto y admiración por los héroes de 1866.
Recordó cómo el coraje de los juchitecos fue determinante para obligar a las tropas francesas a retirarse. “Nuestros antepasados lucharon con valentía para derrotar a los invasores en defensa de nuestra tierra y nuestra dignidad”, afirmó.
Este acto conmemorativo no solo rinde homenaje a los héroes del pasado, sino que también invita a reflexionar sobre la responsabilidad de mantener viva su memoria.
Como destacó Sánchez Altamirano, la unidad y el espíritu de lucha de los juchitecos en 1866 son enseñanzas que deben continuar inspirando a las nuevas generaciones.
La conmemoración del 158 aniversario de la Batalla de Juchitán se convierte, así, en un recordatorio de que la historia y el valor de este pueblo zapoteca son inquebrantables, y que el legado de aquellos héroes sigue vivo en cada rincón de la comunidad.
Hoy, más que nunca, Juchitán reafirma su compromiso con la libertad, la dignidad y la unidad, valores que llevaron al triunfo en 1866 y que siguen siendo la clave para enfrentar los retos del presente.
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