Alberto Blanco
A casi 3 años de la inauguración del conjunto monumental de Santa María Atzompa, anexo a Monte Albán, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) no concluye los trabajos realizados en la zona arqueológica.
El acceso al lugar donde se hallaron restos de una tumba zapoteca de más de mil 200 años sigue siendo gratuito.
En una bitácora, colocada en el acceso a la zona arqueológica, solamente hay que anotar cuántas personas ingresan y de dónde proceden.
El recorrido no es guiado. Cada quien avanza por el camino que indican las flechas y unas láminas explican el recorrido. Paso a paso se detallan quiénes gobernaron la zona entre el siglo 650 y 850.
Con claridad se detalla la existencia 483 terrazas habitacionales y de cultivo, 29 montículos, 13 plazas, 1 adoratorio, 3 juegos de pelota, 3 caminos, 2 residencias de alto status social, 8 unidades habitacionales y 2 áreas de extracción de piedra de cantera.
Mientras el turista respira aire puro, con una vista privilegiada de la ciudad de Oaxaca de Juárez, así como de los valles de Etla y Tlacolula, puede apreciar la plaza principal donde se realizaban ceremonias y rituales, así como el patio central que servía para distintas ceremonias.
La topografía del lugar, cercana al río Atoyac fue aprovechada de manera magistral por los zapotecos que al mismo tiempo que construían un adoratorio en la parte más alta, hicieron terrazas en toda la zona que les permitieron aprovechar bancos de piedra, arena y tierra, así como agua y estuco, los cuales sirvieron para edificar la actual zona arqueológica de Atzompa.
El conjunto monumental de Santa María Atzompa, ubicado a escasos veinte minutos al poniente del centro histórico de la ciudad de Oaxaca de Juárez, cerca del municipio de San Jacinto Amilpas, formó parte de un corredor de espacios administrativos y ceremoniales de Monte Albán que incluía cerros como El Gallo, El Paragüito, El Mogollito y Monte Albán Chiquito.