Uno de los activos más importantes de Oaxaca, por su trascendencia nacional y mundial, es sin duda alguna la actividad turística.
Sin embargo, cuando menos en la última década, los prestadores de servicios han padecido la embestida sindical de la CNTE contra las autoridades educativas.
Con un escenario educativo y legal distinto, sobre todo por la determinación del gobierno de la República de aplicar la reforma educativa, también este año los maestros se manifiestan en el centro histórico.
Una semana fue suficiente para que los prestadores de servicios turísticos se quejaran de las pérdidas.
A diferencia de otros años, los maestros también reportan bajas. En primer lugar les descontarán las ausencias al trabajo. A otros, les darán un patín por violar las normas laborales.
Antes, a los empresarios y prestadores de servicios turísticos el gobierno les hacía llegar recursos a través de créditos a fondo perdido. Ahora ya no.
También a los maestros ya no les darán bonos extras y apoyos adicionales. El gobierno les aplicará descuentos y, en diciembre, les rasurará el aguinaldo.
Cuentan los mismos maestros que por primera vez ya no ganarán aguinaldos de 90 y 120 días. Si bien les va, percibirán un mes de aguinaldo, previo descuentos por ausencias a las aulas.
Todo parece indicar que las pérdidas están en el sector turístico y en el sector educativo.
Otra vez, quien sale ganando es el gobierno.
Es importante que la sociedad, el tercer sector, los patrones y los trabajadores, diseñen estrategias de beneficio común.
El turismo tiene que volver a Oaxaca no porque sea una estrategia de promoción turística, sino porque la entidad tiene no solamente los mejores atractivos para los visitantes de todo el mundo.
Es tiempo que los prestadores de servicios ofrezcan una mejor atención a los visitantes.
Es momento que el magisterio asuma su responsabilidad. La defensa de sus derechos laborales no debe estar reñida con la obligación de ofrecer educación de calidad a los niños y niñas de Oaxaca.