Sandra Roldán
La fe y la devoción se hicieron palpables en el Auditorio Guelaguetza el 22 de agosto de 2024, donde el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Antequera Oaxaca, monseñor Luis Alfonso Tut Tun, celebró una Misa de Acción de Gracias por su reciente ordenación episcopal.
Antes, en una ceremonia que resonó con la espiritualidad y la tradición católica, el prelado yucateco compartió su gratitud y compromiso en la homilía pronunciada en la Basílica de Nuestra Señora de la Soledad, símbolo de fe y devoción para los oaxaqueños.
“Le doy gracias a Dios, Padre Bueno y misericordioso, porque puso su atención sobre mi pobre humanidad para cubrirla de su gracia con el don del episcopado”, expresó con humildad monseñor Tut, en un mensaje cargado de fervor y esperanza.
Estas palabras, pronunciadas bajo la atenta mirada de la Virgen de la Soledad, resonaron profundamente entre los asistentes, uniendo en oración a sacerdotes y feligreses de Oaxaca y Yucatán.
La homilía de monseñor Tut se centró en la fidelidad de Dios, evocando el Salmo 106 como guía espiritual en la vida cristiana.
“El Señor me acompañó y me sostuvo con la fuerza del Espíritu Santo en los momentos de alegría y los momentos de prueba”, afirmó el obispo, subrayando la constante presencia divina en su vida y ministerio. Este mensaje, lleno de fe y agradecimiento, reflejó una comprensión profunda del papel de Dios en la vida de sus siervos y en la misión pastoral que ahora emprende en Oaxaca.
El nuevo obispo destacó la importancia del Salmo 106, describiéndolo como una melodía de agradecimiento y adoración que trasciende el tiempo, un recordatorio de la liberación y salvación otorgada por Dios a su pueblo.
“Dios nos ha redimido en la cruz porque nos ama. Nosotros también somos parte de los que han sido redimidos y reunidos por los cuatro puntos cardinales”, enfatizó monseñor Tut, invitando a la comunidad a unirse en la celebración de la bondad divina.
La ceremonia eucarística no solo fue un acto de gratitud, sino también una reafirmación de la misión pastoral del nuevo obispo.
En un gesto de humildad y compromiso, monseñor Tut agradeció a los feligreses yucatecos que lo acompañaron en este significativo momento de su ministerio, y expresó su gratitud al arzobispo Pedro Vázquez Villalobos por la organización de su ordenación episcopal.
“A trabajar, ¿verdad? Se acabó la fiesta, ahora a trabajar”, bromeó, reflejando su disposición para servir con alegría y dedicación a la Iglesia de Oaxaca.
La Misa de Acción de Gracias marcó el inicio de una nueva etapa en la vida de monseñor Luis Alfonso Tut Tun, un pastor que, bajo la protección de Nuestra Señora de la Soledad, está llamado a guiar a su rebaño con amor, humildad y fe inquebrantable.
Este encuentro que reunió a la comunidad católica en un acto de profunda devoción, dejó en claro que la Iglesia de Oaxaca ha recibido a un obispo que no solo es un líder espiritual, sino también un símbolo de la continua obra redentora de Dios entre su pueblo.
En una solemne ceremonia de ordenación episcopal, Monseñor Luis Alfonso Tut Tun, nuevo Obispo Auxiliar de Antequera, Oaxaca, se dirigió a los fieles con un emotivo discurso que reflejó su profundo agradecimiento y la esperanza con la que asume su ministerio en esta tierra.
Con palabras impregnadas de humildad y devoción, Monseñor Tut Tun hizo eco del mandato de San Pablo: «Den gracias a Dios en toda ocasión», subrayando la importancia de la gratitud en su vida y vocación sacerdotal.
Durante su intervención, expresó su «conmovido y sentido agradecimiento» a Dios, reconociendo el don de la vida, la fe y la vocación sacerdotal, que ahora se ve coronada por la gracia del episcopado. Invocó a San Francisco de Asís, pidiendo a Dios la fortaleza para seguir las huellas de Cristo con un corazón purificado e iluminado por el Espíritu Santo.
Monseñor Tut Tun también extendió su gratitud al Papa Francisco, quien lo ha designado para servir en la Iglesia de Antequera. Agradeció a Monseñor Pedro Vázquez Villalobos, Arzobispo de Oaxaca, por encabezar los preparativos de su ordenación y por su cercanía, la cual ha sido un reflejo de la fraternidad episcopal que fortalecerá su ministerio.
La ceremonia contó con la presencia de arzobispos, obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, miembros de la vida consagrada, fieles laicos, y autoridades civiles, quienes fueron reconocidos por Monseñor Tut Tun por su apoyo y participación en este momento tan significativo. Con un gesto de especial aprecio, recordó a su familia, destacando la influencia de su madre, Doña Conchita, en su formación espiritual, y agradeció a su pueblo natal, Canqué, Yucatán, por sus raíces y el calor humano que siempre ha sentido.
El nuevo Obispo Auxiliar hizo un llamado a los jóvenes oaxaqueños a ser la voz y el corazón de una Iglesia en camino, inspirada por el dinamismo de la juventud. También pidió a la comunidad arquidiocesana que le abran sus corazones, enfatizando que viene a Oaxaca con sencillez y con el deseo de caminar juntos como hermanos en la fe.
Finalmente, Monseñor Tut Tun encomendó su ministerio a la Virgen de la Soledad, patrona de Oaxaca, a quien pidió protección y guía en su servicio pastoral. En un momento de íntima oración, invitó a los presentes a unirse en su plegaria, pidiendo a la Virgen que le abrace con ternura y le dé la fortaleza para cumplir su misión con amor y devoción.
Con su mensaje de gratitud y esperanza, Monseñor Luis Alfonso Tut Tun inicia su camino episcopal en Oaxaca, comprometido a servir con humildad y a guiar a los fieles en el amor de Cristo.
