Misael Sánchez
En un escenario donde los ecos de la violencia desafían la estabilidad, el Gobernador Salomón Jara Cruz alza la voz, no solo como líder político, sino como defensor de la paz y la justicia en Oaxaca.
Sus palabras, impregnadas de convicción y responsabilidad, trazan un sendero hacia un horizonte sin impunidad ni discordia.
Jara Cruz, en un tono de firmeza, proclama que los homicidios suscitados por disputas agrarias o fronterizas no quedarán como meras manchas en el tejido social.
Enfatiza que su administración no tolerará la violencia ni permitirá que oscuros intereses aprovechen estas históricas confrontaciones para sembrar caos y desconfianza en la comunidad.
Es un llamado a la cohesión y al rechazo absoluto de la discordia que asoma como sombra en el horizonte social.
La garantía de justicia resuena como un eco imborrable en sus palabras.
Se compromete a aplicar la ley con la contundencia necesaria, asegurando que los culpables de estos actos paguen el precio por sus acciones.
En su discurso, se desvanece la noción de impunidad, y en su lugar, emerge el imperativo de la responsabilidad y el respeto por la ley como pilares inquebrantables del orden social.
El compromiso con la seguridad de los municipios y comunidades inmersos en estos conflictos es un pilar fundamental en su discurso.
La siembra de la paz se convierte en una misión prioritaria.
No solo es una búsqueda de calma superficial, sino un compromiso profundo por mantener un diálogo constante, forjar lazos de confianza entre las comunidades y fortalecer la fe en las instituciones como garantes de justicia y equidad.
Para prevenir la recurrencia de episodios violentos, el Gobernador Jara Cruz anuncia la creación del Grupo de Inteligencia y Coordinación Agraria para la Paz en el Territorio.
Este grupo se erige como un bastión estratégico para atender las raíces del conflicto, fomentar el diálogo, consolidar la conciliación y robustecer la seguridad mediante el prisma de la inteligencia y la justicia.
En un tono de pesar y solidaridad, Jara Cruz expresa su repudio ante los trágicos acontecimientos que han sacudido a Tlaxiaco y Nochixtlán.
Condena enérgicamente los actos de violencia que han cobrado vidas, incluyendo a autoridades municipales, civiles y miembros de las fuerzas de investigación.
Es un mensaje que transmite respeto y empatía hacia el dolor y la indignación de las familias afectadas, reafirmando así su compromiso inquebrantable con la justicia y la paz en el estado.
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