El Centro Estatal de Transfusión Sanguínea (CETS) en Oaxaca, liderado desde el pasado 1 de junio por Freddy Alberto Hernández Trujillo, enfrenta el desafío de garantizar un abasto constante de sangre segura y de calidad en las ocho regiones del estado. Con una historia de descenso en las donaciones, el CETS ha logrado un modesto pero significativo incremento del 8% en las unidades recolectadas bajo la nueva dirección. Sin embargo, Hernández Trujillo apunta hacia un cambio más ambicioso: fomentar una cultura de donación altruista que transforme la manera en que los oaxaqueños perciben y participan en este acto de solidaridad.
En Oaxaca, el 95% de las donaciones se realizan por reposición, es decir, cuando los familiares de un paciente donan para cubrir la sangre utilizada en un tratamiento. Este modelo, aunque funcional, revela la carencia de una cultura altruista en la población. Actualmente, apenas el 5.1% de las donaciones provienen de personas que donan sin tener un vínculo directo con el beneficiario, una cifra que está lejos del ideal del 50% planteado por el director del CETS.
«En Oaxaca, no crecemos con la idea de que donar sangre es un deber social. Existen mitos y temores infundados que frenan esta práctica», explicó Hernández Trujillo. Para enfrentar esta barrera, el CETS ha lanzado un programa educativo orientado a formar desde la niñez una conciencia solidaria.
El plan incluye alianzas con la Secretaría de Educación Pública (SEP) para llevar talleres y charlas a escuelas primarias y secundarias. «Queremos sembrar en los niños y jóvenes la idea de que donar sangre es un acto de amor al prójimo. Si crecen con esta enseñanza, el cambio será generacional», comentó Hernández Trujillo.
Las universidades también jugarán un papel crucial. A través del programa «Donadores Altruistas Universitarios de Oaxaca», se busca incorporar tanto a instituciones públicas como privadas en campañas permanentes de donación. El objetivo es que esta práctica se vuelva una actividad cotidiana, generando un efecto multiplicador en las familias y comunidades.
Para facilitar el acceso a la donación, el CETS ha ampliado sus horarios de atención. Ahora, las donaciones pueden realizarse de lunes a domingo entre las 7:00 y las 11:00 horas, y un nuevo horario vespertino se extiende hasta las 16:30 horas. Esto responde a las necesidades de personas que trabajan durante las mañanas.
Además, el CETS enfrenta un desafío particular con los grupos sanguíneos poco comunes, como O negativo y AB negativo. Hernández Trujillo subrayó que la carencia de estas unidades puede complicar situaciones de emergencia, especialmente en casos de accidentes o embarazos de alto riesgo. Por ello, se ha creado un registro de donadores con estos tipos sanguíneos para agilizar la respuesta en situaciones críticas.
Los requisitos para donar son accesibles: ser mayor de 18 años y menor de 65, pesar más de 50 kilogramos, no consumir alcohol ni tabaco en las 48 horas previas y no padecer infecciones recientes. Además, las personas con diabetes o hipertensión controlada también pueden ser donantes, lo que amplía las posibilidades de participación.
El impacto de una donación es enorme. Cada unidad de sangre puede salvar hasta tres vidas al ser descompuesta en sus componentes esenciales: glóbulos rojos, plaquetas y plasma. «Donar sangre es donar vida», recalcó el director, quien hizo un llamado especial a la población para unirse a esta noble causa.
Con iniciativas como estas, el Centro Estatal de Transfusión Sanguínea de Oaxaca busca no solo cubrir la demanda de sangre en la entidad, sino también construir una sociedad más solidaria y consciente del poder que tiene un simple acto de generosidad para transformar vidas.