Sandra Roldán
Bajo un cielo despejado y las luces vibrantes que adornan el centro histórico, el Convite de Noche de Rábanos se llevó a cabo con gran entusiasmo, reafirmando la riqueza cultural y la creatividad de los oaxaqueños.
El convite, que marcó su segunda edición, se consolidó como la antesala perfecta de la 127ª edición de la tradicional Noche de Rábanos, atrayendo a cientos de visitantes y locales a un recorrido lleno de arte, música y tradición.
Desde la emblemática Fuente de las Ocho Regiones hasta la Alameda de León, las calles se transformaron en un tapiz de colores, donde los contingentes avanzaban al ritmo de música oaxaqueña.
Carros alegóricos, figuras monumentales de rábanos y ornamentos hechos con flor inmortal y totomoxtle cautivaron a los espectadores.
Las familias se apostaron a lo largo del recorrido, abrigadas contra el frío de diciembre, mientras los niños se deleitaban con los globos y las luces que inundaban el ambiente.
Cada carro alegórico narraba una historia.
Desde renos de rábanos iluminados hasta esculturas de más de dos metros que evocaban las tradiciones navideñas de Oaxaca, las obras artesanales reflejaban la destreza y el ingenio de hortelanos y artesanos locales.
La secretaria de Turismo de Oaxaca, Saymi Pineda Velasco, destacó el carácter familiar del evento, agradeciendo la participación de los contingentes y la asistencia masiva.
“Este convite es un homenaje a nuestra identidad y un llamado a mantener vivas nuestras tradiciones. Mañana nos espera una noche aún más especial”, afirmó.
A medida que el convite avanzaba, el centro histórico se iluminó con un espectáculo piromusical que arrancó aplausos y exclamaciones de asombro.
El árbol navideño en la explanada de la catedral, decorado con motivos regionales, brilló como símbolo de unidad y celebración.
Felipa Luna, cantante oaxaqueña, cautivó con villancicos que resonaron en los corazones de los presentes, reforzando el mensaje de amor y esperanza que caracteriza a esta época del año.
Los testimonios de visitantes, tanto locales como extranjeros, evidenciaron el impacto cultural del convite.
La celebración no solo conectó a los asistentes con la herencia cultural de Oaxaca, sino que también fomentó valores como la fraternidad y el respeto.
Desde el andador turístico, repleto de luces navideñas, hasta las palabras de quienes participaron, quedó claro que el Convite de Noche de Rábanos es más que un desfile: es un puente entre generaciones y un recordatorio del orgullo de ser oaxaqueño.
Mientras las últimas notas de música de banda se desvanecían en la noche, las familias regresaron a casa con el alma llena de alegría, listos para la gran celebración de mañana. Oaxaca, con su calor humano y su inigualable creatividad, ofreció una vez más un espectáculo digno de admirar y preservar.
El convite concluyó con un mensaje de unidad y bienvenida a quienes deseen vivir esta experiencia única.
“Oaxaca es un lugar mágico que espera a todos con los brazos abiertos, no solo en Navidad, sino durante todo el año”, declaró Pineda Velasco.
El eco de las tradiciones oaxaqueñas, vibrante y lleno de vida, asegura que el Convite de Noche de Rábanos siga siendo una joya cultural para México y el mundo.