El 80 por ciento del territorio de Oaxaca presenta algún grado de degradación debido a causas naturales y las actividades agrícolas y agropecuarias, dijo Edgar Rodríguez Martínez del Departamento de Conservación y Restauración de la Comisión Nacional Forestal
Asimismo destacó que los distritos más afectados, en la región de la Mixteca, son los de Nochixtlán, Huajuapan y Juxtlahuaca, donde la pérdida anual de suelos es de alrededor de 70 toneladas por hectárea.
De acuerdo al INEGI, anualmente la producción forestal maderable de Oaxaca supera los 300 mil metros cúbicos rollo y su valor supera los 273.5 millones de pesos.
Tras indicar que entre la producción forestal maderable de Oaxaca destacan las escuadrías, chapa, triplay, postes, pilotes, morillos, combustibles y durmientes, informó que el valor de esa producción se ubicó en los 273 millones 541 mil pesos.
Reportó además un volumen de producción maderable de 325 mil 591 metros cúbico rollo, entre los que destacan el pino, el encino, otras latifoliadas y especies comunes tropicales.
Según el INEGI el volumen de la producción forestal no maderable de Oaxaca se ubica en las 917 mil toneladas.
Rodríguez Martínez apuntó que las causas naturales y antrópicas que provocan la degradación de los suelos debe revertirse, sobre todo con acciones y obras que beneficien a los suelos.
Indicó que entre las principales acciones que se realizan en la Comisión Nacional Forestal para la conservación de suelos destaca la retención que se hace a partir de la mejora de la fertilidad y también obras para la captación de agua que garanticen una mayor humedad, así como actividades de reforestación.
Atribuyó al crecimiento urbano las afectaciones de los suelos, ya que al exigir una mayor infraestructura, terminan por erosionar los suelos, situación que dijo puede disminuirse si se destinan áreas verdes para su conservación, porque sólo así se podrá contar con servicios de agua, aire y suelo que demanda la ciudadanía.
Antes, el ambientalista Alfonso Vásquez Santiago dijo que es necesario reforestar las zonas con mayor número de viviendas para evitar desgajamientos o derrumbes naturales, principalmente durante las temporadas de lluvias.
Tras señalar que deslaves como los que se registraron en la cañada tienen como origen la falta de arbolado, apuntó que es necesario que se adopten medidas preventivas y que se realicen reforestaciones en las zonas habitadas.
Apuntó que este fenómeno que en cada temporada de lluvias se registra en la Cañada, la Cuenca del Papaloapan y los Mixes, debe llevar a las autoridades municipales a exigir una mayor reforestación para evitar riesgos.
El ecologista indicó que mientras persista la deforestación y nadie se preocupe por sembrar árboles los riesgos de desgajamientos de cerros serán una amenaza constante para la población.