LA TIMIDEZ con la que protestó la burocracia estatal porque no les depositaron más de 170 millones de pesos al Fondo de Pensiones no se compara al escándalo que va a suscitar la crisis en este sector.
A los burócratas estatales, agremiados principalmente al STSPEIDCEO, otra vez les jugaron el dedo en la boca y corren el riesgo de quedarse sin sistema de pensiones e ir a parar a las AFORES como ya le pasó a miles de trabajadores de los gobiernos estatales en el resto del país.
En tiempos de crisis financiera para el gobierno federal, el Estado no estará en condiciones de hacer otro rescate porque los recursos del Fondo de Pensiones fueron desviados.
Se tienen reportes que son 17 mil 785 los burócratas que hacen aportaciones y que más de 3 mil son jubilados o son pensionados.
En menos de una década esa sexta parte de la burocracia que ya no está activa se va a multiplicar con tal velocidad que las aportaciones de los activos y del Estado será insuficiente para pagar pensiones altísimas.
Y es que en los últimos años, algunos amigos de servidores públicos entraron a trabajar a la burocracia, se sindicalizaron con sueldos altísimos y tres o cinco años después se jubilaron.
Y hay que destacar que si existen más de 17 mil afiliados a la burocracia, también existen muchos trabajadores que no forman parte del STSPEIDCEO y ellos también tienen derecho a pensionarse.
El problema se va a complicar cuando la nueva administración detecte que también son recursos millonarios los que se deben a bancos y cajas de ahorro porque los funcionarios las secretarías de Finanzas y Administración no enteraron a los acreedores las aportaciones que hicieron los trabajadores que fueron beneficiados con créditos y que, cumplidores como siempre, los pagaron vía descuentos oportunamente.
Aún hay mucho que ver en los próximos meses y años. Todo parece indicar que los servidores públicos se quedaron en la curva del aprendizaje.