Puedo presumir de una amistad de muchos años con Gerardo Gutiérrez, quien ahora está a cargo, como autoridad federal, del desarrollo de las Zonas Económicas Especiales y estoy seguro que a estas alturas está ocupadísimo en hacer realidad el proyecto que le encomendaron, cuando menos en poco más de media docena de entidades.
Cuando platiqué con él como aspirante a la gubernatura, sin partido político, sino como candidato ciudadano –después vendría la oferta para que la buscara por el Partido Revolucionario Institucional— me imaginé que, por las circunstancias, le encargarían otras tareas.
Por supuesto que aquella precampaña política le sirvió para hacer contacto con hombres valiosos, sobre todo conocedores de la gobernanza de las comunidades, para hacer un contacto que seguro será útil en el corto plazo.
Y es que la creación de la Zona Económica Especial en el Istmo de Tehuantepec representará un gran reto para el organismo que encabeza Gutiérrez Candiani, pero sobre todo para el Estado.
Allí confluyen, convocadas por el Ejecutivo, todas las instituciones y niveles de gobierno, pues además del tema de la economía y el sector privado, está el de la seguridad pública y de la gobernabilidad.
El escenario que se vivió en el Istmo de Tehuantepec con las protestas de un grupo radical del magisterio, sin duda orilló a adoptar medidas que inhiban cualquier intento de boicot a los proyectos millonarios de inversionistas nacionales e internacionales.
Pocas veces se presentan esquemas de crecimiento económico, desarrollo y oportunidades para alejarse de las asimetrías que existen entre Oaxaca y el resto del país.
Las desigualdades entre el sur-sureste y el centro del país están presentes en todos los indicadores y el hogar de miles de familias, por lo que la creación de la Zona Económica Especial tiene que hacerse con visión de futuro.
Quien quiera comparar el Canal de Panamá con el proyecto del corredor transístmico no tiene idea de lo que se puede hacer en la región, pues no puede reducirse a una zona de traslado de mercancías.
La nueva Zona Económica Especial tendrá su propio responsable en Oaxaca, pues Gerardo Gutiérrez Candiani estará encargado en los próximos años como de una docena de zonas en el país.
Allí es donde el ex presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y la COPARMEX debe definir con claridad cuál es el rumbo de Oaxaca en materia económica, pues del éxito del proyecto dependen no solamente inversiones, sino también empleos, crecimiento económico, desarrollo y sobre todo paz y gobernabilidad en el Istmo de Tehuantepec y, por lo consiguiente, en todo Oaxaca y Veracruz.