Noche de Rábanos 2025, tradición viva que transforma la tierra en identidad colectiva de Oaxaca
Misael Sánchez
La ciudad de Oaxaca se prepara para vivir este 23 de diciembre de 2025 una nueva edición de la Noche de Rábanos, una de las celebraciones más emblemáticas del calendario cultural oaxaqueño, cuya permanencia ha sido posible gracias al trabajo artesanal, comunitario y agrícola que se renueva cada año en el corazón de la capital.
Durante la conferencia del gobernador Salomón Jara Cruz, se recordó que esta festividad cuenta con 128 años de historia y se distingue por su carácter efímero, ya que las figuras que dan vida al certamen son elaboradas con rábanos cultivados específicamente para el concurso, los cuales se descomponen con rapidez, lo que obliga a las y los participantes a trabajar contrarreloj.
De acuerdo con la explicación ofrecida, los artesanos cuentan únicamente con 48 a 72 horas para transformar los rábanos cosechados en escenas, figuras y representaciones previamente concebidas, lo que convierte al certamen en una muestra de creatividad acelerada y precisión manual. La siembra inicia tres meses antes del 23 de diciembre, en terrenos del bosque El Tequio, al sur de la ciudad, utilizando principalmente las especies Bartender y Champion.
La Noche de Rábanos tiene sus orígenes en el antiguo mercado de vigilia de Navidad, que se realizaba el 23 de diciembre para la compra de los insumos de la cena navideña. Desde finales del siglo XIX, este espacio comenzó a llenarse de color y formas, cuando los hortelanos de Trinidad de las Huertas exhibían sus productos para atraer a los compradores.
Con el paso del tiempo, la celebración se institucionalizó. El primer concurso formal fue promovido en 1897, y desde entonces se ha realizado de manera anual, principalmente en la plaza principal de Oaxaca, aunque en distintos momentos históricos también tuvo como sede la Alameda, la calle 20 de Noviembre y el Mercado de la Merced.
Actualmente, el concurso se divide en las categorías tradicional y libre, además de incluir otros materiales naturales como la flor inmortal y el totomostle, este último en las modalidades natural y decorado, ampliando las posibilidades creativas sin perder el vínculo con la tierra.
El reconocimiento oficial llegó el 11 de abril de 2023, cuando el Congreso del Estado declaró a la Noche de Rábanos como Patrimonio Cultural del Estado de Oaxaca, consolidando su valor simbólico y social. A lo largo de su historia, la festividad también ha sido un espacio de expresión social, como ocurrió en 1994, cuando una figura monumental de Emiliano Zapata resultó ganadora, reflejando el contexto político y social del país.
Más que un concurso, la Noche de Rábanos continúa siendo una manifestación colectiva donde convergen agricultura, identidad, memoria y creatividad popular, reafirmando su vigencia en el Oaxaca contemporáneo.
