Crónica de la Gira de la presidenta Claudia Sheinbaum y el gobernador Salomón Jara de Oaxaca la Mixteca
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Misael Sánchez / Agencia Oaxaca Mx
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La Mixteca vivió un día que, más que acto protocolario, pareció una convocatoria para entender el sentido del poder en tiempos de la Cuarta Transformación. No fue casual que la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y el gobernador de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, eligieran San Pedro y San Pablo Teposcolula para presentar los avances del Plan Lázaro Cárdenas, un programa que pretende modificar la historia de una de las zonas más pobres de México.
La jornada tuvo el tono de una crónica política en tiempo real: una presidenta que desmenuzó su visión de país, un gobernador que defendió el proyecto con lealtad explícita y una región que escuchó con atención, consciente de que el discurso se traduce en caminos, agua, salud y presupuesto directo en los pueblos.
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Un país contado desde la Mixteca
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La Presidenta llegó con un mensaje preparado, aunque se permitió improvisar cuando lo consideró necesario. Habló de compromiso territorial, recordó que hace un año estuvo en la región y aseguró que no se irá durante todo el sexenio. No lo dijo como promesa general, sino como un señalamiento político dirigido a quienes exigen continuidad: “Vamos a estar aquí”, repitió, consciente de que para la Mixteca la presencia federal representa más que una visita.
Su diagnóstico fue directo. Explicó que en siete años de gobiernos de la Transformación —seis de López Obrador y uno de ella— se han revertido las inercias de lo que denominó 36 años de abandono. La reacción del público confirmó el ánimo general: la región se sabe prioritaria. La Presidenta enumeró los programas emblemáticos, desde la pensión para adultos mayores hasta IMSS Bienestar, pasando por las becas universales, los apoyos al campo, la producción de fertilizantes y las rutas de salud. Sostuvo que todos los cambios responden a un principio: “Por el bien de todos, primero los pobres”, línea que repitió varias veces para marcar terreno político y moral.
Hubo momentos en los que Sheinbaum solicitó silencio, no para controlar la escena sino para sostenerla. Lo hizo cuando el ambiente se mezcló con consignas. En su estilo, mantuvo el hilo sin dramatizar. Cada interrupción fue una pausa breve antes de retomar el discurso sobre la nueva etapa: presupuesto directo a los pueblos, reconocimiento constitucional a los derechos indígenas y la idea de un Humanismo Mexicano que articula pensamiento histórico y comunidad.
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El gobernador fija posición
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Cuando tocó turno al gobernador Salomón Jara, el mensaje tomó forma de respaldo político sin ambigüedades. Llamó a la Presidenta “cercana”, “humanista” y “comprometida”. Sostuvo que el Plan Lázaro Cárdenas es un acto de reparación histórica y señaló que la infraestructura no es solo una obra, sino un acto de dignidad. Defendió a la Presidenta frente a lo que llamó “intentos de desprestigio” y aseguró que Oaxaca es bastión obradorista y claudista. No dejó espacio a dudas: “Cuente con este pueblo”, dijo, con un tono que no sonó a fórmula, sino a declaración estratégica.
El mensaje de Jara también conectó con la narrativa federal: justicia social, cercanía, memoria histórica y transformación. La ovación del público confirmó que el gobernador conserva autoridad territorial, y que la alianza con la Presidenta se muestra sólida en un momento de definiciones.
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La estructura del Plan, explicada por sus operadores
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La jornada no se quedó en los discursos políticos. Fue un despliegue de voces técnicas que explicaron el tamaño del programa.
Lázaro Cárdenas Batel, coordinador del Plan, detalló que el proyecto abarca ocho estados y tiene como eje la cuenca del Balsas. Subrayó que La Mixteca es prioridad por su rezago y por la deuda histórica del Estado mexicano. Mencionó reuniones con presidentes municipales, la articulación entre dependencias y los cinco ejes de atención: infraestructura, salud, medio ambiente, educación y vocaciones productivas. Su intervención buscó dejar claro que el Plan no sustituye programas, sino que organiza lo disperso. También recordó la figura del General Cárdenas como antecedente moral.
Violeta Vázquez-Rojas, subsecretaria de Ciencias y Humanidades, aportó el enfoque cultural y comunitario. Recordó que en la región se hablan 13 idiomas y que esa diversidad convive con una pobreza profunda. Confirmó que se lanzará el Plan de Justicia del Pueblo Mixteco, que abarcará 87 municipios y beneficiará a casi 200 mil personas. Enumeró inversiones: caminos artesanales, museos comunitarios, radios indígenas, reforestación, escuelas, créditos y sistemas agroforestales. La suya fue una intervención que invitó a ver a la Mixteca no como estadística, sino como territorio vivo.
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La salud como prueba del modelo
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La intervención más técnica fue la de Alejandro Svarch Pérez, director del IMSS Bienestar, quien presentó diez acciones que ya están en marcha. Una lista extensa que incluyó la sustitución del Hospital de Huajuapan de León, jornadas para prevenir cáncer de mama, rescate de centros de salud, contratación de médicos y enfermeras, unidades móviles con telemedicina, programa de afiliación, red de respuesta materna, ambulancias obstétricas, salas de hemodiálisis, comités ciudadanos y módulos para adolescentes. Lo dijo con un tono firme: “No son anuncios, son compromisos en marcha”. La frase resumió la intención de su discurso.
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La infraestructura como columna vertebral
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El secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, Jesús Antonio Esteva, detalló tramo por tramo el estado de las carreteras. Explicó con mapas, cifras y porcentajes la modernización, reconstrucción y conservación de 942 kilómetros, con una inversión de 6 mil 212 millones de pesos. Habló de cunetas, lavaderos, muros de contención y obras de drenaje. La descripción fue técnica, precisa, diseñada para dejar claro que el trabajo es medible y comprobable. Confirmó que la región conecta con Guerrero y que los caminos artesanales continúan con cientos de frentes de obra.
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Un cierre político y territorial
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El recorrido por las voces deja una conclusión evidente: la Mixteca se ha convertido en punto de anclaje del proyecto federal. Sheinbaum lo sabe y Jara lo aprovecha. El Plan Lázaro Cárdenas funciona como vitrina política, administrativa y territorial. Cada cifra, desde las carreteras hasta los créditos y las reforestaciones, forma parte de un relato que busca consolidarse en la región.
La Presidenta cerró su intervención con un mensaje que definió el marco: “Nunca vamos a traicionar al pueblo de Oaxaca ni al pueblo de México”. Con esa línea se retiró del escenario, mientras el público respondía con vivas que retumbaron en la explanada.
La Mixteca, acostumbrada a los discursos y a la espera, escuchó esta vez una exposición que mezcla política, datos, territorio y voluntad presidencial. El día dejó la sensación de que el Gobierno Federal ha decidido fijar ahí una base estratégica para los próximos años. Y también dejó claro que, para quienes gobiernan, la región no es un lugar que se visita: es un espacio desde el que se pretende narrar el país.
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Redacción de Misael Sánchez / Reportero de Agencia Oaxaca Mx
