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4 octubre, 2025
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Crónica de una noche de billetes de lotería en Oaxaca

El reloj marcaba las 20:00 horas. En el Palacio de Gobierno, el presídium ya estaba armado, las luces en tono cálido daban profundidad al antiguo inmueble, y entre voceadores, autoridades y curiosos, se respiraba una mezcla de expectativa y celebración sin sobresaltos. Así comenzó la ceremonia del sorteo especial número 301 de la Lotería Nacional, dedicado a la Guelaguetza 2025.

La entrada del maestro Raúl Ruiz Robles, titular de la Secretaría de Desarrollo Económico, en representación del gobernador Salomón Jara Cruz, abrió la parte formal del acto. Lo acompañó la directora general de la Lotería Nacional, Olivia Salomón, quien desde su llegada fue recibida con aplausos moderados, sin exageraciones pero con deferencia. La música oficial corrió por cuenta de la Banda de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Correcta, sin alardes.

La presentación del video institucional —una pieza breve, calculada, visualmente elaborada para redes— proyectó el mensaje oficial: Oaxaca como corazón cultural y lingüístico de México. El guion hablaba de tradición, memoria y raíz, y la pantalla amplificaba el discurso con imágenes de delegaciones, trajes típicos, calles empedradas. Una producción impecable, sin perder el tono gubernamental.

El mensaje de Olivia Salomón fue medido. Reconoció al estado como “Tierra generosa y sabia”, habló de Juárez como artífice de la lotería moderna y trazó el puente hacia la presidencia de Claudia Sheinbaum, ubicando al sorteo como parte de la cuarta transformación. La institución, dijo, “no espera en el escritorio, sino va al encuentro del pueblo”.

Luego vino el momento logístico: entrega de reconocimientos a 19 billeteros y 8 colaboradores oaxaqueños. Se fueron llamando uno por uno —Isaías, Karina, Julio César, Verónica— mientras se acercaban al presídium con paso sereno. Hubo fotografía oficial. Hubo orden. Hubo agradecimiento institucional.

El mensaje del Gobierno del Estado, a cargo de Raúl Ruiz Robles, cerró la parte discursiva. Con voz firme, agradeció el respaldo de la presidenta, mencionó el reconocimiento nacional a la Guelaguetza y calificó el sorteo como “un acto de justicia histórica”. El billete, dijo, “lleva impresa la esencia de nuestras ocho regiones”.

A las 21:00 horas —una hora exacta después del arranque— comenzó el sorteo. La esfera giraba, los números se anunciaban, los premios se cantaban. Entre ellos, el principal: el número 8176 fue el afortunado ganador del Premio Mayor de 27 millones de pesos. Luego vinieron los de 3 millones, 400 mil, 200 mil, en una secuencia de cifras, voces y protocolos que siguió hasta el cierre técnico.

No hubo incidentes. No hubo desajustes. Todo fue metódico.
La crónica final no se escribe en el acto ni en la pantalla. Se escribe en cada expendio que vendió los billetes.
En cada voz que gritó el número.
En cada familia que revisa esta noche los cachitos que guardaron.
Oaxaca fue sede de un evento nacional sin estridencias, pero con sentido.

Sin discursos vacíos.
Con memoria institucional.
Y con la certeza de que hay gestos que, sin ser épicos, confirman lo que un estado quiere proyectar.

La Guelaguetza sigue. La suerte también.
Y la Lotería Nacional se fue, como llegó: discreta, firme, simbólica.

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Misael Sánchez Reportero de Agencia Oaxaca Mx | Oaxaca de Juárez, 22 de julio de 2025

 

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