MISAEL SÁNCHEZ
Con el firme propósito de transformar la atención a las familias en conflictos legales y garantizar el bienestar de los menores involucrados en procesos judiciales, el Poder Judicial de Oaxaca ha inaugurado, por primera vez en su historia, 12 Centros de Convivencia Familiar. Este avance, que marca un avance en el sistema judicial del estado, busca ofrecer un espacio seguro y digno para los niños que, debido a situaciones de divorcio o disputas familiares, deben enfrentar las complejidades del proceso judicial.
La inauguración de estos centros responde a una de las demandas más urgentes de la sociedad oaxaqueña, la cual pedía un enfoque más humano y especializado en los casos que involucran a menores de edad. La Magistrada Berenice Ramírez Jiménez, Presidenta del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura de Oaxaca, expresó su satisfacción por este logro, destacando que, por primera vez, las instituciones judiciales del estado cuentan con centros que brindan atención especializada a las familias, desde una perspectiva integral y respetuosa.
Los Centros de Convivencia Familiar no son simples instalaciones físicas; son espacios de rehabilitación emocional y psicosocial, diseñados para ofrecer a los niños un entorno seguro y apropiado donde puedan interactuar con sus padres o tutores, sin el estrés de estar en una sala de juicios o en un ambiente que les resulte intimidante.
Según la Magistrada, la demanda por estos centros ha sido tan alta que incluso los horarios de atención se extienden de lunes a domingo, lo que demuestra el gran impacto de esta iniciativa en la comunidad. Además, el número de casos relacionados con divorcios y disputas familiares ha aumentado en los últimos años, lo que hace aún más crucial la existencia de estos espacios.
Uno de los objetivos principales de estos centros es permitir que los niños mantengan una relación estable con ambos progenitores, en un ambiente controlado y supervisado por profesionales, incluidos psicólogos y trabajadores sociales. La Magistrada subrayó que, en muchos casos, los padres en conflicto suelen anteponer sus diferencias sobre el bienestar de los menores, por lo que este tipo de espacios sirven como una vía para facilitar acuerdos y resolver disputas de manera pacífica y centrada en los intereses de los niños.
Además de los objetivos familiares, los Centros de Convivencia se presentan como una respuesta más amplia a las necesidades de justicia social en Oaxaca. La Magistrada destacó que, si bien la justicia familiar es uno de los pilares de este proyecto, también se ha tomado en cuenta la necesidad de darles seguimiento adecuado a los casos de violencia familiar y feminicidio.
La Magistrada hizo hincapié en que las mujeres, en especial aquellas víctimas de violencia, necesitan espacios de apoyo integral no solo en el ámbito legal, sino también en lo emocional y psicológico. Los centros, por tanto, no solo estarán dedicados a atender las demandas de convivencia entre padres e hijos, sino también a darles acompañamiento psicológico a las víctimas de violencia intrafamiliar, incluyendo a los menores afectados por el feminicidio de sus madres, quienes muchas veces quedan huérfanos y enfrentan grandes dificultades para acceder a una vida digna.
Aunque el proyecto fue presentado como un esfuerzo principalmente humanitario, la Magistrada también señaló que fue posible gracias a donaciones y aportes del Tribunal Superior y del Consejo de la Judicatura, lo cual hizo posible el acondicionamiento de las instalaciones sin la necesidad de realizar grandes inversiones económicas. Este enfoque de colaboración social es clave en un sistema judicial que a menudo enfrenta limitaciones presupuestarias, pero que ha logrado, mediante el esfuerzo conjunto de las instituciones y la ciudadanía, transformar la manera en que se abordan los conflictos familiares.
La capacitación del personal es otro de los ejes centrales de este proyecto. Los centros cuentan con un equipo especializado en derechos humanos, salud mental y resolución de conflictos, lo que permite que las convivencias no solo sean supervisadas, sino también acompañadas por terapeutas familiares y mediadores especializados.
La violencia familiar, especialmente la violencia de género, sigue siendo uno de los temas más complejos en la agenda de la justicia en Oaxaca. La Magistrada mencionó que, a pesar de los esfuerzos realizados, no existe una cifra exacta sobre el número de casos de violencia intrafamiliar que se han presentado en los últimos meses. Sin embargo, destacó que, en términos generales, la violencia doméstica ha tenido un crecimiento alarmante, exacerbado por el confinamiento durante la pandemia de COVID-19.
Prevenir la violencia y ofrecer soluciones rápidas y eficaces a las víctimas es ahora una de las principales tareas del Poder Judicial de Oaxaca. En este sentido, la creación de los centros de convivencia también tiene como objetivo desarrollar políticas públicas preventivas que refuercen el rol de los padres en la crianza de los hijos y fomenten la responsabilidad compartida en el ámbito familiar.
El inicio de este proyecto no solo refleja un avance significativo en la atención a las familias oaxaqueñas, sino que también marca un compromiso claro de parte del Poder Judicial con la creación de un sistema judicial más accesible y humano. El modelo de estos centros será un referente para el resto de México, convirtiéndose en una oportunidad para que otras entidades del país sigan el ejemplo de Oaxaca, donde la justicia no se limita a una interpretación legal, sino que se enfoca en la restauración del tejido social y en la protección integral de los derechos de los niños y mujeres.
La Magistrada Presidenta concluyó su intervención con un mensaje claro: “Nuestro objetivo es dar a las familias de Oaxaca las herramientas necesarias para sanar y crecer en armonía. Sabemos que la justicia no solo se administra en los tribunales, sino también en los corazones de quienes buscan resolver sus diferencias”.
Este es solo el inicio de una serie de transformaciones profundas que el sistema judicial de Oaxaca busca implementar, con el fin de brindar un futuro más justo y equitativo para todos sus habitantes, especialmente para aquellos que más lo necesitan: los niños y las mujeres.