SANDRA ROLDÁN
En la histórica ciudad de Guanajuato, conocida por sus calles serpenteantes y su vibrante legado cultural, un evento capturó la imaginación de locales y turistas por igual: el Recorrido de las Esculturas Vivientes de Barro.
Organizado por la vanguardista Compañía Teatro D’Bolsillo, este espectáculo único transforma la Plaza San Fernando y el icónico Museo Regional de Guanajuato en la Alhóndiga de Granaditas, en un trayecto que mezcla arte, historia y performatividad.
La propuesta de las Esculturas Vivientes de Barro surge de la necesidad de rescatar y revalorizar las tradiciones artesanales de la región.
Los artistas, cubiertos en una mezcla especial de barro, adoptan posturas estáticas que recuerdan figuras históricas y culturales prehispánicas.
Este material no solo simboliza la conexión con la tierra y la historia, sino que también permite a los artistas experimentar una simbiosis única con el entorno.
De la Plaza San Fernando a la Alhóndiga de Granaditas
El recorrido comienza en la pintoresca Plaza San Fernando, un espacio que por sí solo emana historia y encanto colonial.
Aquí, las esculturas vivientes se integran en el paisaje urbano, provocando en los espectadores una reflexión profunda sobre el pasado y el presente de la ciudad.
A medida que avanza la procesión, el público se traslada a través de un viaje temporal, donde cada esquina cuenta una historia y cada figura de barro revive un fragmento de su legado.
El destino final, el Museo Regional de Guanajuato en la Alhóndiga de Granaditas, no es una elección fortuita.
Este emblemático edificio, conocido por su papel en la guerra de Independencia de México, se convierte en el escenario perfecto para culminar este recorrido.
Las esculturas, ahora parte del museo viviente, invitan a los visitantes a explorar la narrativa histórica desde una perspectiva artística y tangible.
Lo que distingue a este evento es la combinación de técnicas tradicionales con recursos discursivos novedosos.
El Teatro D’Bolsillo utiliza narraciones en vivo, música regional y efectos de iluminación para transformar el recorrido en una experiencia multisensorial.
La moderna sintaxis en la puesta en escena se refleja en la manera fluida y orgánica en que el público interactúa con las esculturas, fomentando una participación activa que trasciende la simple observación.
El Recorrido de las Esculturas Vivientes de Barro no solo es una manifestación artística, sino también un vehículo para la educación y la sensibilización cultural.
A través de este proyecto, la Compañía Teatro D’Bolsillo no solo entretiene, sino que también promueve un diálogo continuo sobre la preservación del patrimonio y la identidad cultural.
En un mundo donde lo efímero y lo digital predominan, eventos como el Recorrido de las Esculturas Vivientes de Barro nos recuerdan el valor de lo tangible y lo ancestral.
Este ensayo cultural en forma de performance es una oda a la resiliencia y creatividad del pueblo, una celebración de la historia que sigue viva y una invitación a todos a redescubrir el alma de Oaxaxa, una escultura de barro a la vez.